Después de la fuerte caída en 2020 provocada por la pandemia de Covid-19, estimada en 9.2 por ciento, la economía mexicana crecerá 3.6 por ciento en 2021 y 3.4 por ciento en 2022, pero esta recuperación será moderada e incierta, pronosticó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Así, en su nuevo informe de Perspectivas económicas, mejoró su estimación para el Producto Interno Bruto (PIB) de México en 2020, de un desplome de 10.2 por ciento calculado en sus perspectivas económicas provisionales en septiembre pasado, y también respecto a su proyección previa para 2021, de un crecimiento de 3.0 por ciento.
El organismo señaló que la recuperación de 3.6 por ciento pronosticada para la economía en 2021 refleja en parte el remanente del repunte en la segunda mitad de 2020, pero también estará impulsado por las exportaciones, el consumo privado se fortalecerá levemente, ayudado por fuertes remesas, un mercado laboral que mejora lentamente y una inflación contenido.
Precisó que si bien ha aumentado la confianza a medida que se lanza una vacuna eficaz, la expectativa de crecimiento de México para el año próximo también asume nuevos brotes de virus durante el año próximo, por lo cual la incertidumbre sigue siendo muy alta.
Refirió que recientemente han surgido nuevos brotes localizados en varios estados, ya que las restricciones a la movilidad comenzaron a flexibilizarse a partir de fines de mayo y reabrieron actividades consideradas esenciales, como las de los sectores de la automoción, la construcción y la minería.
Si bien las actividades sociales siguen estando restringidas en la mayoría de los estados y las escuelas continúan cerradas en todos los estados, subrayó que contener nuevos brotes de Covid-19 sigue siendo la prioridad inminente, que requiere mejoras en las pruebas, el rastreo y el aislamiento, mientras se continúa fortaleciendo el sistema de salud.
En caso de un aumento significativo de infecciones, que podrían agravarse para el inicio de la temporada de influenza, sería necesario restaurar las medidas de contención, lo que dificultaría la movilidad y la actividad económica y las interrupciones adicionales en las cadenas de valor globales o las barreras al comercio exterior dañarían la actividad manufacturera.
Por el lado positivo, precisó, si la recuperación de los socios comerciales es más fuerte de lo previsto, las exportaciones y la creación de empleo podrían ser mayores, y estimó que la integración en las cadenas de valor podría profundizarse aún más gracias al nuevo acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá.
La OCDE también resaltó que la pandemia está provocando un aumento significativo de la pobreza, las desigualdades y las brechas de género en México.
Consideró que las políticas macroeconómicas deben fomentar la recuperación, “a pesar del espacio fiscal limitado, la severidad de la recesión justifica intensificar el apoyo a la política fiscal”.
Esto podría incluir el apoyo a los ingresos y la capacitación para los trabajadores más afectados, tanto en el sector informal como en el formal, mientras que las reducciones temporales del impuesto sobre la nómina podrían ayudar a más pymes y apoyar la creación de empleos.
El organismo internacional afirmó que reforzar la inversión privada será clave para una recuperación más sólida, lo que exige reducir las cargas regulatorias y la incertidumbre regulatoria. Destaca que las políticas fiscales tienen un papel clave que desempeñar para apoyar la recuperación. La prudencia fiscal y la gestión rigurosa de la deuda pública brindan a México espacio para un apoyo fiscal temporal.