Durante la primera quincena de abril el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró un incremento de 6.05 por ciento anual, su repunte más alto desde finales de 2017, informó este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El Inegi señaló que esta cifra es la segunda cifra más alta desde la segunda quincena de diciembre del 2017, cuando se ubicó en 6.85 por ciento, y fue impulsada principalmente por el aumento en el precio de los energéticos.
Si el resultado de la primera mitad de abril se compara con la del mismo periodo del año pasado, en aquel momento las variaciones fueron de -0.72 por ciento quincenal y 2.08 por ciento anual.
De manera quincenal el índice incrementó 0.06 por ciento, el mayor aumento desde 2009 para un mismo periodo.
De acuerdo con Gabriela Siller, directora de Análisis Económico Financiero de Banco Base, el incremento en la inflación se explicó por las presiones inflacionarias mayores a lo esperado en el componente subyacente y presiones deflacionarias menores a lo esperado en el componente no subyacente, en donde ya se anticipaba la disminución de tarifas de energía eléctrica.
La inflación subyacente tuvo una incidencia de 0.14 por ciento quincenal sobre la inflación general, lo que estuvo compensado por una incidencia negativa de 0.07 por ciento quincenal del componente no subyacente.
Es importante destacar que estos niveles de inflación ya se vislumbraban por los expertos, pues en principio la base de comparación en abril del año pasado se ubica en 2.08 por ciento, aunado a una recuperación en los precios de los energéticos.
Así, la inflación no subyacente (aquella que contempla los productos con alta volatilidad) registró un aumento de 12.21 por ciento anual, lo que significó la mayor desde la segunda quincena de diciembre de 2017, cuando la inflación se ubicó en 13.04 por ciento.
Energéticos presionan a la inflación
El subcomponente de los energéticos mostró una disminución quincenal en precios de 2.31 por ciento, ubicándose en una tasa anual de 28.22 por ciento, producto de un claro efecto de baja base de comparación con respecto a la misma quincena del 2020.
Cabe destacar que la inflación anual del subcomponente de energéticos es la más elevada desde la segunda quincena de marzo de 1997. Hace un año, la inflación anual del mismo componente fue de una disminución de 15.36 por ciento y observó disminuciones anuales durante 11 quincenas consecutivas, desde la primera quincena de febrero hasta la segunda quincena de julio del 2020, consecuencia del inicio de la pandemia del Covid-19 y una caída en la demanda por energéticos.
Al interior del componente de energéticos, el mayor incremento quincenal fueron los precios de la gasolina de alto octanaje a una tasa de 0.62 por ciento, seguido de la gasolina de bajo octanaje con un incremento de 0.11 por ciento.
Asimismo, el precio del gas LP bajó 2.31 por ciento quincenal y de la electricidad bajó 12.03 por ciento quincenal.
Siller explicó que durante las primeras siete quincenas del año, los mayores incrementos en precios acumulados son el gas LP con una variación de 18.32 por ciento, la gasolina de alto y bajo octanaje, con 18.10 y 12.71 por ciento, respectivamente y el gas natural, con 2.30 por ciento.
Los precios de los servicios subieron a una tasa moderada de 0.06 por ciento quincenal, ubicándose en una tasa anual de 2.47 por ciento, pues las presiones más significativas ocurrieron en la segunda quincena de marzo en anticipación a la Semana Santa.
En la primera quincena de abril, los servicios con mayor incremento quincenal en su precio fueron los servicios culturales, diversiones y espectáculos deportivos, con 1.23 por ciento, seguro de automóvil, con 0.47 por ciento y loncherías, fondas, torterías y taquerías, con 0.45 por ciento.
ntb