La falta de semiconductores para la fabricación de automóviles podría tardar en estabilizarse seis meses más; es decir, hasta noviembre, según expertos; sin embargo, la industria de autopartes asegura que será a partir de julio cuando se normalice el abasto, pues de lo contrario, podría tener un alto impacto, pues las armadoras cuentan con stock para operar hasta ese periodo.
El director de Comercio Exterior y Normalización de la Industria Nacional de Autopartes (INA), Alberto Bustamante, explicó que del mercado de chips, la industria automotriz sólo representa 5.0 por ciento, ya que la mayor parte se encuentra en el sector eléctrico-electrónico (computadoras, celulares, etc), que tuvo una alta demanda por el confinamiento por el Covid-19, por lo que ocuparon más insumos y rezagaron a las armadoras.
Lo anterior afectó a la industria a nivel global. La INA estimó que en América del Norte se afectan 65 de los 170 modelos que se producen en la región, lo que se traduciría en 383 mil 128 unidades menos. En México armadoras como Nissan, General Motors y Volkswagen, anunciaron el paro temporal de producción de algunos modelos, lo que provocó que de enero a marzo el ensamble de algunas unidades cayera 12 por ciento.
“Las plantas lo que hacen es administrar el stock con el que cuentan, para darle prioridad a los modelos que más se venden. Esto es lo que ha mantenido la operación de la industria automotriz, pero tiene un final, por eso se espera que la proveeduría se normalice en el segundo semestre. Los tiempos están bien calculados”, afirmó el directivo de la INA en entrevista con La Razón.
Sin embargo, Gabriela Siller, directora de Análisis Económico-Financiero de Banco Base, difirió con dicha estimación, y consideró que esta situación comenzará a normalizarse a partir de noviembre próximo, lo cual afectaría a las exportaciones que envía México hacia Estados Unidos, su principal mercado.
Las unidades enviadas al extranjero durante el periodo enero-marzo de 2021 mostraron un retroceso de 14.1 por ciento en su comparación anual, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Banco Base aclaró que dicha contracción no es porque la economía de Estados Unidos sea débil o porque los compradores estén postergando decisiones de consumo, sino que es un problema desde el lado de la oferta que está afectando a las cadenas de producción: el freno en la fabricación para racionalizar los chips.
Explicó que la fabricación de equipo de transporte representa 32.47 por ciento del total de las compras que le hace el vecino del norte al país y la producción de equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos es igual a 17.13 por ciento; es decir, los sectores que están afectados por la crisis de semiconductores.
“Va a depender mucho de qué papel juegue México, porque para tratar de encontrar nuevos productores de semiconductores se van a tener que hacer pruebas. Aquí es donde México puede entrar, no como productor, sino complementando o ayudando en estas pruebas que se llevan a cabo y por lo tanto esto puede compensar por la falta de producción en la industria automotriz por la escasez de semiconductores”, puntualizó.
En este sentido, la INA descartó que en México se pueda instalar una planta de estos componentes, debido a que no cuenta con una política fiscal que incentive la inversión y porque el costo de energía eléctrica tampoco compiten con el de Estados Unidos.
Bustamante informó que hay pláticas para que una firma se instale en el vecino del norte, y opere a finales del 2022.
En otro escenario, el directivo de la INA dijo que la escasez no se estabilizaría en la segunda mitad del año si hubiera una tercera ola de contagios a nivel mundial; mientras, se espera que el programa de vacunación global muestre sus resultados a partir de julio.