Los programas que dieron alivio a millones de clientes ante la crisis por el COVID-19 no comprometieron ni pusieron en riesgo al sistema financiero, el cual se mantiene sólido, de acuerdo con la Fundación de Estudios Financieros (Fundef).
El centro de investigación señaló que al cierre de diciembre de 2020, que es un trimestre posterior a que concluyó la primera etapa de los programas de diferimiento de pagos, tampoco se observa un impacto negativo significativo que ponga en duda su solvencia.
Afirmó que, si bien al final de 2020 hubo un aumento importante en el número de contagios y hubo un cierre parcial de la economía a partir del 19 de diciembre, no se aprecia una caída en la actividad económica ni en el empleo, como sucedió en abril y mayo.
Los datos muestran que durante el cuarto trimestre de 2020 se mantuvo el proceso de recuperación pero aún falta para llegar al nivel previo a la pandemia, agregó en el documento “Situación del sistema financiero de México ante la crisis por el COVID-19”.
Las variables financieras mantuvieron su estabilidad mostrando un comportamiento similar al de los primeros nueve meses del 2020, resaltó.
Respecto al sistema bancario, la Fundef comentó que el ahorro ya no siguió creciendo y el crédito total de la banca cayó un poco, mientras que la cartera vencida mostró una reducción durante el periodo de diferimiento y un rebote en el cuarto trimestre de 2020.
A pesar del aumento en la cartera vencida en el cuarto trimestre de 2020 no se identifica un riesgo para el sistema bancario, añadió.
“La información de los intermediarios financieros y del sector bursátil nos da evidencia de que en el trimestre posterior a la salida de los programas de posposición de pagos si bien hubo aumentos en la cartera vencida y en la morosidad, éstos no fueron excesivos. La situación de la cartera es adecuada y el sistema financiero se mantiene sólido”, subrayó.
