La derrama económica por el gasto educativo con motivo del regreso a clases presenciales a partir de este 30 de agosto pasará de 70 mil millones de pesos hace dos años, previo a la pandemia de COVID-19, a un monto no mayor de 30 mil millones de pesos, con una caída de 57 por ciento, estimó el Consejo para el Desarrollo del Pequeño Comercio y la Empresa Familiar (ConComercioPequeño).
El presidente del organismo, Gerardo Cleto López Becerra, comentó que, a pesar del esfuerzo que los padres de familia están haciendo para surtir las listas escolares, preparar a sus hijos y cubrir los requerimientos con los materiales educativos, este año se registra una caída en el gasto promedio en comparación con el realizado en ciclo 2019-20.
“Hace dos años el gasto promedio era de 2 mil 500 pesos por estudiante inscrito, mientras que para el ciclo escolar 2021-22 el gasto promedio que se está dando es de mil 500 pesos, lo cual representa una baja del 40 por ciento, lo cual se reciente en las cajas registradoras de los pequeños comercios”, añadió.
Así, de los 70 mil millones de pesos que se estimó el gasto educativo a nivel nacional hace dos años pasará a no mayor de 30 mil millones de pesos para este año, proyectó en un comunicado.
¿Qué factores influyeron en caída de la derrama económica por regreso a clases?
Explicó que dos factores principalmente han influido en la caída de la derrama económica para el regreso a clases; en primer lugar, la lenta ―y en algunos casos nula―, recuperación de los ingresos y salarios de los padres de familia luego de los cierres de la economía de los meses de marzo y diciembre del año pasado como principal estrategia para contener la pandemia del COVID-19.
Señaló que la caída en los ingresos y el aumento paulatino de productos de consumo popular está propiciando que en los hogares se reduzcan los gastos que no se consideran indispensables.
“Los sectores sociales más empobrecidos no consideran en estos momentos el gasto educativo como prioritario”, afirmó el dirigente del ConComercioPequeño.
Indicó que el segundo factor es la incertidumbre que hay en un amplio sector de padres de familia de enviar a sus hijos a las escuelas por temor al contagio de COVID-19.
Pese a los anuncios oficiales, apuntó, existen dudas sobre el porcentaje de la población vacunada y la aplicación de protocolos de sanitización de planteles educativos. “Nuestra institución lo ha repetido insistentemente: la recuperación económica va de la mano con las estrategias de contención de la pandemia”, subrayó.
Comentó que aún persiste la duda en cómo las autoridades responsables recuperarán el 20 por ciento de la población educativa que desertó durante este año y medio de pandemia por no haber podido tener las herramientas tecnológicas ni pedagógicas para haberse conectado a las clases virtuales.
López Becerra espera que con el regreso a clases presenciales señalado a partir de mañana para el ciclo escolar 2021-22 también se marque el inicio de la recuperación económica del comercio y los servicios vinculados al desarrollo de las actividades educativas, que de manera directa impactan en poco más del 30 por ciento del comercio popular.
Resaltó que, derivado de la población estudiantil a la que atienden en educación básica ―preescolar, primaria y secundaria―, las escuelas y colegios se han consolidado en un tractor de diversos giros, que mueven de manera directa a papelerías, librerías, uniformes, transporte, artículos deportivos, materiales didácticos, electrónicos, alimentos y, por supuesto, las mismas escuelas en caso de ser particulares.
¿Qué negocios se ven beneficiados con el regreso a clases presenciales?
Los giros beneficiados de manera indirecta son aquellos que se ubican físicamente alrededor de los planteles o que registran incremento de sus actividades como son tiendas de abarrotes, peluquerías y estéticas, fotocopiadoras, zapaterías y cafés Internet, entre los principales.
Para este año, también los negocios de artículos de limpieza y santitización se han visto beneficiados, abundó.
Por otra parte, el presidente de ConComercioPequeño comentó que el sector papelero del Centro Histórico de la Ciudad de México instalado tanto en las calles de Mesones, Isabel La Católica, Uruguay, Cuba así como en las inmediaciones de la plaza de Santo Domingo, continúan siendo afectado por los constantes cierres de vialidades implementados por las autoridades viales y del Centro Histórico ante cualquier brote de protesta política o social.
Consideró que la dificultad con la que llegan los clientes es otro factor que influye que las ventas no alcancen las expectativas que tienen los dueños o encargados de negocios para esta temporada.
“Mantenemos el exhorto para que las autoridades locales atiendan la solicitud de mantener abierta la movilidad que permite la venta o de lo contrario el comercio formal afectado por los cierres de la movilidad empezarán a tomar acciones de protesta”, añadió López Becerra.
IM & EASZ