Ligan a funcionarios con 2 terroristas

Pone EU la mira en saudíes al desclasificar informe del 11-S

Ligados al consulado de Los Ángeles facilitaron el viaje y alojamiento de Nawafi Hazmi y Khalid al Mihdhar; difunden reporte de 16 páginas del contacto con sospechosos

Ciudadanos recuerdan a las víctimas de los atentados, el pasado 11 de septiembre.
Ciudadanos recuerdan a las víctimas de los atentados, el pasado 11 de septiembre. Foto: AP

Con el primer informe desclasificado del 11-S, el Gobierno de Estados Unidos apunta ahora a funcionarios y líderes saudíes por presunta complicidad en los atentados de hace 20 años.

El Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) reveló, a última hora del mismo día de la conmemoración del vigésimo aniversario, el primer documento secreto de las investigaciones realizadas entre 2007 y 2016.

Con la desclasificación ordenada por el presidente Joe Biden, la agencia puntualizó que existió contacto entre funcionarios consulares y los terroristas Nawafi Hazmi y Khalid al Mihdhar, quienes secuestraron los aviones y mataron a unas tres mil personas al chocarlos contra las Torres Gemelas, el Pentágono y Pensilvania, según una fuente anónima.

En el reporte censurado de 16 páginas, el FBI da cuenta de que Hazmi y Al Mihdhar, quienes llegaron al país en calidad de estudiantes un año antes de los atentados, recibieron apoyo logístico del personal del consulado de Los Ángeles, mismo que les habría facilitado el viaje e ingreso al país, alojamiento y financiamiento.

Entre los presuntos colaboradores están el presunto oficial de inteligencia saudí, Omar al Bayoumi, y el exfuncionario Fah al Thumairy, quienes sostuvieron reuniones y llamadas telefónicas con los terroristas de origen árabe, de acuerdo con interrogatorios realizados durante más de una década, aunque no hay claridad en las indagatorias, pues muchos de los datos como nombres de agentes, números de archivos e información restringida están sellados para evitar comprometer la seguridad nacional.

Los nexos detectados en interrogatorios

En el documento de 16 páginas se detalla el contacto entre los combatientes de Al Qaeda y personal diplomático saudí.

Relatan una conexión  entre un supuesto oficial de inteligencia con los terroristas, quienes vivían en un departamento de Virginia.
Relatan una conexión entre un supuesto oficial de inteligencia con los terroristas, quienes vivían en un departamento de Virginia.
Relatan una conexión  entre un supuesto oficial de inteligencia con los terroristas, quienes vivían en un departamento de Virginia.
Relatan una conexión entre un supuesto oficial de inteligencia con los terroristas, quienes vivían en un departamento de Virginia.

Uno de los encuentros personales entre Bayoumi y los dos sospechosos presuntamente se llevó a cabo en enero del 2000 en un restaurante al interior o cerca del Consulado, según información obtenida por el FBI, proceso en el que se presume que intercambió información con los terroristas, les brindó asistencia con el idioma y compartieron lecturas sobre el islam, según un informante.

Al respecto, Bayoumi declaró casi dos años después de los atentados que sí los conoció a inicios del 2000. No obstante, aseveró que su encuentro fue de manera accidental en una tienda de Virgina, pues los sospechosos vivían en Falls Church antes de perpetrar los ataques en la costa este, vecindario ubicado a unos 15 kilómetros de distancia de El Pentágono, uno de los tres puntos atacados.

Bayoumi desmintió conocer las intenciones de los estudiantes para secuestrar y atentar contra emblemas del país, pues, dijo, sólo le pidieron indicaciones del transporte aunque no hablaban inglés. El funcionario se mantuvo en el radar del FBI, pues se contradijo en sus declaraciones sobre cómo conoció a Hazmi y Al Mihdhar y cuántas veces los vio.

Sin más evidencia que algunos fragmentos de entrevistas de personas relacionadas con los supuestos estudiantes, ante la presión de sobrevivientes y familiares de las víctimas del 11-S, el gobierno de Joe Biden pone en la mira de nuevo a esta nación, de la que provienen la mayoría de los 19 secuestradores identificados oficialmente por las autoridades.

En los fragmentos legibles del documento se detalla que incluso uno de los facilitadores celebró las acciones de sus aliados al señalar que era genial “que nuestros hermanos estén peleando”, aunque no quedó claro en qué contexto se dieron tales afirmaciones, por lo que no pueden atribuirse directamente a los hechos ocurridos la mañana del 11 de septiembre de 2001.

Horas después de la difusión del primer texto desclasificado, la presidenta de Familias Unidas del 11-S, Terry Strada, quien perdió a su esposo en los ataques, resaltó que “ahora los secretos de los saudíes están expuestos” y añadió que dicha nación debe reconocer su papel en los atentados de los que conmemoraron 20 años este fin de semana.

También sostuvo que con ello se corroboran las sospechas de las víctimas de que funcionarios saudíes financiaron con dinero desviado del Gobierno a los terroristas y al grupo Al Qaeda, responsable de los peores ataques en el país.

Previo a la revelación de esta información, líderes saudíes resaltaron el interés de su gobierno para dar claridad sobre los atentados; incluso el ministro de Exteriores, Faisal bin Farhan, expresó su confianza en que esta documentación les permita poner fin “a todas las acusaciones sin fundamento”, sin saber que pondrían nuevamente la mira en ellos.

En tanto, la embajada en Washington rechazó nuevamente toda implicación con los atentados, al reiterar que nunca hubo evidencia de que tuvieron conocimiento de los hechos o que estaban involucrados en su planificación o ejecución.

Con este panorama, EU abre nuevas pistas ante la exigencia de familiares el mes pasado para transparentar toda la información recabada por los ataques registrados en la gestión de George W. Bush, quien junto a los exmandatarios Barack Obama y Donald Trump se negó a hacer pública la investigación.

Además, se espera que en los próximos meses se siga divulgando más información en la materia, misma que según fuentes gubernamentales está en revisión del Departamento de Justicia, para eliminar datos confidenciales.