Muchas son las consecuencias que ha dejado la crisis económica enfrentada por el mundo durante los últimos dos años.
Según el Banco Mundial para garantizar una recuperación sólida los países en desarrollo deben trabajar en cuatro áreas clave: lograr estabilidad económica, aprovechar la revolución digital, tomar medidas enérgicas frente al cambio climático e invertir en las personas a través de la salud y la educación.
Es así como uno de los fenómenos más importantes acelerados por la pandemia cobra protagonismo: la transformación digital. A pesar de que son incontables los impactos negativos del COVID-19, es necesario visibilizar las ventajas que surgieron dentro de la crisis y que hoy son vistas como herramientas para impulsar la economía, sobre todo, en un momento en donde los hábitos de consumo de la población son más exigentes que años atrás.
Del mismo modo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estimó que al menos 2.7 millones de empresas tuvieron que cerrar debido a la crisis sanitaria.
Razón por la cual, medianos y pequeños negocios se vieron obligados a reinventar su forma de ser visibles en el mercado, lo cual trajo como resultado la creación de emprendimientos enfocados en canales relacionados con la tecnología sin inversiones altas de capital en publicidad. Lo que anteriormente suponía grandes inyecciones de dinero, hoy es posible gracias a los medios digitales.
Si bien es cierto que la vacunación masiva ha favorecido la presencialidad, es indudable que las formas de trabajar, estudiar y adquirir productos o servicios no volverán a ser las mismas, puesto que, los consumidores han visto en la virtualidad beneficios en el uso de su tiempo y espacio que hoy son más valorados que antes.
De esta manera, surgen plataformas como Zyro un creador de sitios web que ofrece soporte 24 horas al día, durante toda la semana y que ayuda a quienes no tienen conocimientos en programación o diseño, debido a que permite la configuración de páginas web de forma sencilla.
Dentro de sus grandes ventajas se destaca que brinda a sus usuarios cientos de plantillas personalizables, que sólo requieren arrastrar y soltar fotografías, textos, videos, etc; planes personalizados con precios cómodos, una interfaz amigable para principiantes o “dummies” en el tema de diseño gráfico, hosting y dominio incluido y una variedad de herramientas de uso libre para complementar el contenido del sitio web.
Contar con un sitio web propio posibilita que los emprendimientos digitales trasciendan y amplíen su audiencia a lo largo de la región; contrario a los negocios que requieren un establecimiento físico, a través de las plataformas online se comercializan productos y servicios de manera inmediata.
Del mismo modo, durante el año 2020 Instagram fue una de las redes sociales más importantes para comercializar productos y servicios, incluso posicionar marcas; aunque, hoy, sigue siendo usada con ese fin por parte de varios emprendedores, plataformas como Tik Tok han logrado consolidar audiencias importantes a partir de causas sociales o de iniciativas entretenidas que se vuelven virales.
Estas dinámicas también permiten que los negocios pequeños ganen visibilidad entre sus clientes potenciales.
En ese sentido, el video en formato vertical es una herramienta rentable para ofrecer productos y servicios con pocos recursos. No sólo porque hace que la audiencia sea más grande, sino porque también permite que el fenómeno que ya se daba en Instagram, en donde marcas pagan a influenciadores para crear contenido promocional, continúe en TikTok.
Por otra parte, la creación de cursos gratuitos que se vio durante la pandemia, pero que actualmente sigue vigente, responde a la necesidad de obtener educación con horarios flexibles; en muchos casos, a través de videos pregrabados que los estudiantes pueden consultar a cualquier hora del día.
Lo anterior representa un avance social importante desde varios puntos: por un lado, las personas están capacitándose en áreas de interés en donde requieren desarrollar habilidades blandas y duras que los hacen más competitivos frente al mercado; de este modo las empresas se ven obligadas a mejorar las condiciones salariales y, por otro lado, ayuda a los emprendedores a ofrecer sus servicios a precios justos ampliando su negocio y convirtiéndose en referentes en su sector.
Otro de los grandes aportes que el emprendimiento digital continúa realizando a la economía es la creación de software y apps derivadas de tendencias tecnológicas como IoT, Inteligencia Artificial, Big Data, etc. Todas ellas como herramientas para resolver problemas en las organizaciones, pero también como parte esencial de la vida de los seres humanos.
Ideas pequeñas se han convertido en aplicaciones que se pueden llevar en la palma de la mano a través de los teléfonos móviles para solucionar necesidades básicas del día a día como pedir comida, encontrar vuelos a precios económicos o solicitar servicios de transporte. Razón por la cual, son cada vez más las personas dedicadas a desarrollar este tipo de negocios.
De forma semejante, las organizaciones han optado por establecer equipos de trabajo más flexibles que respondan al cambio de hábitos de los consumidores haciendo uso de medios tecnológicos que faciliten las labores diarias. Esto significa que la transformación no se ha limitado al teletrabajo, de hecho, varias compañías han retornado a sus oficinas, pero la forma en que gestionan sus operaciones y procesos es completamente digital.
En ese sentido, la flexibilidad dentro de las empresas mejora las condiciones de sus empleados, es decir, atrae y retiene el talento y, por lo tanto, aumenta la productividad beneficiando así, el crecimiento económico de los países.
Finalmente, la Asociación Mexicana de Internet destaca que el COVID-19 ha tenido una función catalizadora en las empresas respecto a la transformación digital. Es decir, la implementación de la tecnología que ya se venía dando fue acelerada por la pandemia y continuará obligando a las organizaciones y a los consumidores a adaptarse a los cambios que sufrirá el mercado en el futuro.
De esta forma, América Latina y el Caribe deben aprender de mercados maduros e iniciar con regulaciones de ciberseguridad que permitan una expansión más potente de los emprendimientos digitales y de las nuevas herramientas, pero que, al mismo tiempo, serán pilares para la recuperación de la economía en los próximos años. En otras palabras, aumentar la inversión en materia digital es clave para superar los impactos de la pandemia.
EASZ