Apartir del próximo primero de febrero, se espera un nuevo golpe a la economía de las familias, ya que el precio del kilogramo de tortilla, uno de los alimentos básicos en la dieta de los mexicanos, principalmente de los sectores más vulnerables, podría elevarse entre 22 pesos y 24 pesos, dependiendo la zona del país; además esto ha golpeado el consumo con una caída en las ventas de hasta 50 por ciento.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía (SE), los incrementos en los precios ascienden entre 22 y 33 por ciento, respectivamente, contra los 18 pesos en promedio en que se encuentra actualmente.
El presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Masa y la Tortilla, Rubén Montalvo, aseguró que el costo del básico se incrementó 55.2 por ciento del 2012 al 2022; aunque el aumento más severo fue de enero del 2021 a enero de 2022, con un alza de 20.83 por ciento; la cifra más alta en los último diez años.
Lo anterior, afirma, se debe a que en los últimos dos años, los costos de producción se incrementaron 37.5 por ciento, contrario a los aumentos de entre 16 y 17 por ciento que se regitraron en años anteriores.
Precio del kilo de tortilla de 2012 a 2022
Del 2012 al 2017 el precio del alimento se mantuvo estable; sin embargo, la escalada de precios ha impactado su costo.
Eso implica un rezago de alrededor de 20.5 por ciento en la relación precio-costos de producción, pero faltaría agregar la ganancia del dueño del establecimiento.
En entrevista radiofónica, Montalvo aclaró que “la tortilla ha subido más en comparación con otras épocas, porque las instancias federales siguen controlando el precio de los insumos”.
El gremio suben precio o “muere”. El presidente de la asociación señaló que los precios se “liberaron” (en 1998) sólo en el papel, porque en los hechos los tres órdenes de gobierno, por medio de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) siguen “controlando” el precio de la tortilla.
Es decir, que si subía el precio de los insumos, los productores no podían repercutirlo en el precio final, porque inmediatamente actuaban las autoridades y además la gente protestaba.
Tal situación provocó que los dueños de las tortillerías se vieran obligados a “amarrar” el precio del básico que los llevó a perder poder económico; situación que se agudizó con la pandemia.
“Por eso cuando llegó la pandemia estábamos totalmente desprotegidos y tuvimos que enfrentar el aumento en el costo del maíz, harina, papel, refacciones, aditivos, renta de locales y gas entre otros. O subíamos el precio, o moríamos”, sentenció Rubén Montalvo.
Explicó que el diferencial de precio entre una tortillería y otra en una misma ciudad, depende del volumen de insumos que compre.
Esta situación fue constatada por La Razón, y en un recorrido por diversas tortillerías de la Ciudad de México se encontró que los precios van desde 17 pesos por kilo, como en la zona de Cuautepec, Barrio Bajo; de 18 pesos en el nororiente y hasta de 20 pesos en colonias del sur.
Dueños y encargados de tortillerías denunciaron que desde el pasado 15 de enero una de las grandes empresas harineras incrementó 800 pesos por tonelada el precio de la harina y a partir del próximo primero de febrero, se espera un alza similar por parte de otra empresa.
Claudia Orozco tiene una tortillería en la colonia Independencia en la alcaldía Benito Juárez; vende el kilo de tortilla a 20 pesos y explica que hasta hace una semana la tonelada de harina costaba 14 mil 700 pesos, pero ahora la paga a 15 mil 500 pesos.
Ejemplificó que un costal de harina deben pagarlo a 300 pesos de donde se producen 20 kilos de tortilla, lo que implica que cada kilo costaría 15 pesos; “con los otros cinco pesos, debo pagar luz, agua, renta, gas, refacciones y mi sueldo. ¿dónde está la ganancia para nosotros?”
Destacó que el gas ha subido 75 centavos en lo que va del año, así como el costo de las refacciones en casi cien por ciento; “hay muchos incrementos alrededor de nuestro insumos que tenemos que repercutir, o nos quedamos sin comer; ya no podemos seguir absorbiendo los costos”.
Indicó que desde hace dos semanas ya registran bajas de hasta 50 por ciento en el consumo de tortilla; “si la gente compraba un kilo ahora compran medio o sólo cinco pesos; “eso nos pega mucho y estoy pensando en cerrar; ya no es negocio”, aseguró.
