La Unión Europea anunció un plan de 48 mil millones de dólares para convertirse en un importante productor de microchips e intentar limitar su dependencia de los mercados asiáticos en la obtención de los componentes que hacen funcionar todo tipo de aparatos, desde autos a videoconsolas.
En un momento en que la escasez de gas natural y la dependencia energética de Rusia muestran los riesgos políticos de la dependencia económica, el bloque de 27 naciones busca mejorar su autosuficiencia en el crítico sector de los semiconductores con su Ley de Chips.
La medida de la UE refleja el plan de 52 mil millones de dólares lanzado por Estados Unidos para impulsar la inversión en el sector nacional de producción de chips que garantice una mayor producción en el país.
En el último año, se ha producido un cuello de botella en la cadena de suministro de los semiconductores. En Europa, algunos consumidores han tenido que esperar cerca de un año para recibir un coche por la falta de piezas.
Los semiconductores son pequeños microchips que actúan como el cerebro de objetos como smartphones y autos, y su prolongada escasez ha puesto de manifiesto la importancia de sus fabricantes, la mayoría de ellos en Asia, apara las cadenas de suministro globales.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó que la nueva ley conectará la investigación, el diseño y las pruebas, además de coordinar la inversión comunitaria y nacional. El plan de 43 mil millones de euros, unos 48 mil millones de dólares, une financiamiento público y privado y permite la concesión de ayudas estatales para lanzar las inversiones.