BofA Securities estimó que el conflicto Rusia-Ucrania impacta a México principalmente a través de mayores precios del petróleo, ya que es un importador neto de sus derivados, y los ingresos extras que obtenga por la venta de crudo se usarán para contener el aumento en las gasolinas.
El economista para Canadá y México de BofA Securities, Carlos Capistrán, consideró que el conflicto bélico también provocará un choque “estanflacionario”, lo que significa menor crecimiento y mayor inflación.
En un análisis, refirió que el crudo Brent del Mar del Norte ha aumentado de 78 dólares por barril a fines del año pasado a casi 130 dólares, con un aumento de más del 50 por ciento, y en el mismo período, la Mezcla Mexicana de petróleo de exportación subió de 71 a 115 dólares por barril.
Estimó que el Brent promediará 110 dólares por barril este año y la Mezcla Mexicana alrededor de 100 dólares, precio bastante más alto que el de 55 dólares por barril considerada en el presupuesto de 2022.
Señaló que los precios más altos del petróleo tienen un impacto negativo en la balanza comercial de México, ya que ahora importa más gasolina de la que exporta crudo.
Entonces, cuando los precios del petróleo aumentan, Pemex y otros productores de petróleo en México se benefician de mayores ingresos por exportaciones, pero los consumidores y el Gobierno gastan más en gasolina.
En particular, el Gobierno gasta más a través del estímulo fiscal para contener el aumento de los precios de la gasolina, expuso Capistrán.
Por lo tanto, dijo, los precios más altos del petróleo son un impacto negativo en los términos de intercambio para México y, por lo tanto, caídas de ingresos, lo que afecta el consumo y la inversión.
“No cambiamos nuestros números fiscales en este momento, ya que es probable que los mayores ingresos petroleros se gasten en estímulos fiscales para tratar de contener los precios más altos de la gasolina”, precisó Capistrán.
Consideró que el aumento de los precios de otras materias primas y la desaceleración de la actividad mundial tendrán un impacto negativo también.
Capistrán anticipó que México enfrentará un choque “estanflacionario”, ya que ve riesgos a la baja para el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 1.5 por ciento que ya está por debajo del consenso para 2022.
Además, recortó la previsión de BofA Securities sobre el crecimiento de la economía mexicana para 2023 al 2.0 por ciento desde el 2.2 por ciento anterior.
Asimismo, esperamos más inflación este año y el próximo, por lo cual elevó su pronóstico de inflación general a 6.0 por ciento desde 5.0 por ciento para fines de 2022 y a 4.6 por ciento desde 4.4 por ciento para fines de 2023.
“Mayor inflación pondrá más presión sobre el Banco de México (Banxico) por lo que aceleramos el ritmo de alzas”, añadió el economista para Canadá y México de BofA Securities.
Ahora espera que el Banxico suba 300 puntos base la tasa de referencia en el resto del año (cinco alzas de 50 puntos base y dos de 25 puntos base) para ubicarla en 9.0 por ciento a fines de 2022, desde su estimación previa de 8.0 por ciento) y sin alzas en 2023 (desde las cuatro alzas de 25 puntos base proyectadas antes) para mantener la tasa en 9.0 por ciento.
CEHR