El crédito bancario no es una opción en estos momentos para las pequeñas y medianas (Pymes) , un tercio de las cuales murió por la pandemia de Covid-19, ya que el actual entorno de mayores tasas de interés e intermitencia en la recuperación del consumo no es favorable para la reactivación del financiamiento, debido a que la mayoría se encuentran en el sector comercio, advirtió el Grupo Financiero BBVA.
La institución financiera observó un retraso en las solicitudes de crédito bancario para Pymes, sobre todo manufactureras, que adquieren insumos o venden sus productos en el mercado exterior, debido al surgimiento de cuellos de botella en las cadenas de suministro globales y el encarecimiento de las materias primas a nivel global, en parte debido al conflicto entre Rusia y Ucrania, lo cual puede elevar aún más el costo del financiamiento.
Precisó que de 4.9 millones de Mipymes que había previo a la contingencia sanitaria, entre mayo de 2019 y julio de 2021 se registró la muerte de 1.6 millones, equivalentes a una tercera parte del total registrado.
En el mismo periodo nacieron 1.2 millones de establecimientos, lo cual resulta en una pérdida neta de 400 mil (8.2 por ciento del total) y la población actual es de 4.5 millones de establecimientos.
Al considerar únicamente a las Pymes, las muertes implicaron una reducción de 21.0 por ciento en el número de establecimientos, a la par que los nacimientos representaron 6.0 por ciento del total.
BBVA advirtió que la pandemia exacerbó la tendencia a la baja que el crédito bancario a Pymes presentaba ya al inicio de esta. La competencia de los proveedores y un entorno de caída en ciertos componentes de demanda agregada afectaban ya la cartera desde años atrás.
Aunado a esto, la menor confianza empresarial debido a cuellos de botella y la persistencia inflacionaria podrían implicar, en el corto plazo, un rezago significativo en la recuperación del crédito a las Pymes.
En el análisis “Crédito a Pymes ante la pandemia por Covid-19”, destacó que la afectación en términos de ingresos mensuales promedio se profundizó al cierre del tercer trimestre de 2020, particularmente en el sector comercio, con una caída de 40.6 por ciento, frente al 33.0 por ciento registrado entre abril y mayo de 2020.
Ante la actual coyuntura de recuperación incompleta de los componentes de la demanda agregada respecto al período previo a la pandemia, el grupo financiero aseguró que las unidades económicas y, particularmente las Pymes encuentran condiciones adversas para la reactivación de su demanda por financiamiento.
“Las Pymes de sectores como el comercio y la hostelería se ven afectadas directamente por una desaceleración en la recuperación del consumo privado, pudiendo esto tener dos efectos en la demanda por financiamiento bancario”, expuso BBVA
Por una parte, explicó que la reducción en los ingresos implicaría una menor perspectiva de flujos de ingreso futuros, contrayendo la demanda por financiamiento.
No obstante, refirió que la utilización de crédito como sustituto de los propios ingresos para cubrir gastos de operación podría impulsar temporalmente la demanda por crédito bancario.
Tomando en cuenta que el 77.4 por ciento del crédito a Pymes se destina a capital de trabajo, este último efecto resulta significativo, aunque el impulso que representa no parece sostenible ante una menor actividad sectorial persistente, que limitaría los flujos de ingresos para pagar las obligaciones adquiridas y podría deteriorar la calidad de la cartera.
Aunado a ello, el aumento esperado en el costo del financiamiento (mayores tasas de interés) constituye un factor adicional que podría limitar la demanda por crédito bancario. Asimismo, la debilidad en la inversión podría impactar la demanda por financiamiento de Pymes.
En sectores como las manufacturas y la construcción, las Pymes fungen como nodos generadores de valor, ya sea como eslabón en una cadena de valor o como nodo periférico en una estructura productiva radial, que provee de insumos a otra empresa, generalmente de mayor tamaño.
Advirtió que una menor inversión irrumpiría dichas redes generatrices de valor, impactando negativamente a la cantidad intercambiada de los bienes producidos, lo cual se traduciría en una menor necesidad de financiamiento bancario ante una expectativa de menores ingresos empresariales.
Inflación en AL, la mayor en 15 años por Covid y guerra
Después de años de fluctuar en torno a las metas, la inflación en las economías más grandes de América Latina es la más alta en 15 años, habiendo sufrido dos grandes shocks: el impacto de la pandemia y de la guerra entre Rusia y Ucrania, de acuerdo con el Fondo Monetario (FMI).
El organismo internacional señaló que, al igual que en otros mercados emergentes y economías avanzadas, la inflación se aceleró en Brasil, Chile, Colombia, México y Perú, las cinco principales economías de América Latina (LA5), en 2021.
Refirió que el aumento de la inflación fue impulsado inicialmente por el aumento de los precios de los alimentos y la energía, pero se hizo más amplio, lo que refleja la inercia de la política monetaria y las prácticas de indexación salarial (contratos que ajustan sus términos automáticamente con la inflación), así como una fuerte recuperación de la demanda, inicialmente de bienes pero más tarde también de servicios.
En un reporte, señaló que la guerra en Ucrania por parte de Rusia es otro shock inflacionario para la región latinoamericana.
Estimó que un aumento de 10 puntos porcentuales en los precios mundiales del petróleo conduciría a un incremento de 0.2 puntos porcentuales en la inflación en las AL5, mientras que un alza de 10 puntos porcentuales en los precios mundiales de los alimentos resultaría en un aumento de 0.9 puntos porcentuales en la inflación.
Un choque combinado de 10 puntos porcentuales para los precios del petróleo y los alimentos impulsaría la inflación en 1.1 puntos porcentuales, calculó el FMI.
- El dato: La tasa de interés de referencia en México ha subido de 4.0% en junio de 2021 a 6.5% a la fecha, es decir, 2.5 puntos porcentuales.
Con información de Ivonne Martínez