Moody’s anunció este viernes que recortó la calificación de México de Baa1 a Baa2, aunque también mejoró la perspectiva de la nota, de negativa a estable.
Pero ¿Qué significan las acciones que toman las evaluadoras sobre las calificaciones que asignan a empresas, entidades o gobiernos? Gabriela Siller, la directora de Análisis Económico-Financiero de Grupo Financiero Base, te lo explica.
Señala que los inversionistas a nivel global se fijan en el rendimiento y el riesgo de los activos para confirmar sus portafolios de inversión.
La calificación crediticia es una medida de riesgo, pues implica qué tan probable es que una entidad incumpla con sus obligaciones. Entre mayor sea la calificación, menor la probabilidad de impago, agrega.
En su cuenta en Twitter, la especialista refiere que los gobiernos emiten deuda, la cual es calificada por las diferentes agencias. La deuda emitida en divisa extranjera es llamada deuda soberana.
Menciona que las tres principales agencias calificadoras son Moody’s, Fitch y Standard & Poor’s (S&P). Cada una tiene su propio modelo para emitir una calificación. “En resumen lo que evalúan es la capacidad de pago en el corto y largo plazo”, precisa.
Cómo cada agencia tiene su modelo, tienen su propio estilo de calificar, pero agrupan las calificaciones de acuerdo con el nivel de riesgo. “Tener grado de inversión implicaría cómo un “pase” si se tratara de una calificación aprobatoria en la escuela”, ejemplifica.
En su cuenta en Twitter, destaca que un recorte en la calificación implica que se ha deteriorado la situación y que ha aumentado la posibilidad de moratoria.
Siller precisa que además de la calificación crediticia, está la perspectiva que indica hacia donde podría moverse la calificación.
México está a dos nodos o niveles de perder el grado de inversión con Moody’s y con S&P y a un nodo de perder el grado de inversión con Fitch. “Para que una entidad se perciba sin grado de inversión, debe de perder el grado con al menos dos agencias calificadoras”, agrega.
Advierte que perder el grado de inversión implicaría mayores salidas de capitales y mayor volatilidad del tipo de cambio. Hasta el primer trimestre de 2022, México hila ocho trimestres con salidas de capitales de cartera, algo que no se veía desde la década de 1980, informa.
Después de la ratificación de calificación y la mejora en perspectiva de México por parte de S&P, el 6 de julio pasado, parecía que el balance en las finanzas públicas era bien tomado por las agencias calificadoras.
No obstante, afirma, el recorte de Moody’s hace evidente el riesgo que presenta para las finanzas públicas el bajo crecimiento, “sobre todo porque México no ha terminado de recuperarse de la crisis del COVID y además los niveles de inversión fija son bajos, lo que implica que el crecimiento económico será cada vez más acotado”.
LRL