El presupuesto para los Servicios Estatales de Salud (SESA) se redujo 5.5 por ciento de 2015 a 2019, resultado de la falta de inversión en el sector salud a nivel federal, de acuerdo con el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
En su publicación “Cobertura y financiamiento, Sistemas Estatales de Salud”, refirió que, aunque las fuentes estatales para salud incrementaron 19.1 por ciento, los recursos federales disminuyeron 10.1 por ciento en dicho periodo.
Señaló que una entidad con mayor población sin afiliación a las instituciones de seguridad social federales, tendrá una mayor demanda de servicios de salud estatales.
Datos del Inegi arrojan que, a nivel nacional, el 30.6 por ciento de la población no se encuentra afiliada a ningún subsistema de salud.
Aunado a esto, de acuerdo con el CIEP, la población de los estados que no cuenta con seguridad social va desde el 20.1 por ciento hasta el 40.8 por ciento.
El organismo estimó que, para avanzar en la cobertura universal de salud, los SESA requieren recaudar al menos lo equivalente al 1.1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, puesto que cuentan con menores recursos económicos, físicos y humanos para la atención de la salud respecto a las instituciones de seguridad social como IMSS e ISSSTE.
El estudio del CIEP estima la brecha presupuestaria existente para avanzar hacia la cobertura universal en salud.
Esta brecha es la diferencia entre las necesidades presupuestarias para hacer frente a la demanda de los servicios de salud y el gasto que actualmente se destina para dicho concepto.
Así, 23 entidades federativas destinan, en términos per cápita, menos de lo que reciben por el Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud.
De acuerdo con el CIEP, un sistema de salud para toda la población sin seguridad social requiere de una discusión de confinanciamiento acorde a las características demográficas de este sector de la población.
Los resultados de la investigación “Cobertura y financiamiento, Sistemas Estatales de Salud”, arrojan que, desde 2015, el presupuesto de los SESA se había contraído.
Esto refleja, por un lado, la falta de inversión y de priorización del sector salud a nivel federal, y, por otro lado, el papel de los gobiernos estatales al identificar las necesidades crecientes en materia de salud.
avc