Éste será el inicio del ciclo escolar más complicado en materia económica de los últimos 25 años. El material básico para los estudiantes se ha encarecido 30 por ciento durante la primera mitad de julio del 2022 respecto al mismo periodo del año pasado.
La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec) señaló que, el próximo 29 de agosto más de 25 millones de niños regresarán de manera presencial a las aulas, por lo que los padres de familia se enfrentarán a la peor alza de precios desde la segunda quincena de marzo de 1997, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De acuerdo con un monitoreo de la Anpec realizado por regiones, los precios en los artículos básicos respecto a 2021 tuvieron un incremento de 20 por ciento en la zona centro del país; de 10 por ciento en la zona sur, y de 30 por ciento en la zona norte.
De forma detallada, el gasto promedio para la compra de útiles por zonas arrojó que, la canasta de materiales básicos en la zona norte tiene un costo de 426.99 pesos, la zona sur, 358.70 pesos y la zona centro casi 500 pesos, solamente considerando la lista de útiles para el nivel básico emitida por la Secretaría de Educación Pública (SEP).
En uniformes la situación cambia mucho. Si se consideran los uniformes escolares solamente de escuelas públicas de nivel básico y se incluyen tenis, zapatos y mochila, los costos se disparan aún más.
En la zona norte, por ejemplo, el costo del uniforme del diario más el de educación física, asciende a 3 mil 189 pesos; en la zona centro, el costo es de 2 mil 828.10 pesos; y en la zona sur, el precio es de 2 mil 787.67 pesos.
Ahora bien, de acuerdo con la lista que contempla el Inegi de útiles escolares que, incluye además libros, diccionarios, enciclopedias, los precios se disparan hasta en 40 por ciento; por ejemplo, una caja de lápices de colores de la marca Crayola, tiene uno de los aumentos más considerables, al pasar de 84.9 pesos en 2021, a 119 pesos este año, registrando un aumento de 40.4 por ciento.
Otro ejemplo es el diccionario de idiomas de la editorial Larousse, el cual en un año pasó de 599 pesos a 700 pesos, 16 por ciento más.
Respecto a esto, Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Anpec, sostuvo que el aumento en los costos de los artículos impulsa a los comerciantes a subir el precio de sus productos; sin embargo, no pueden incrementarlos en la misma proporción, porque desincentivaría la compra de los mismo y, por ende, sus ganancias.
“El año pasado no se exigió surtir listas de útiles escolares y el uso de uniformes no fue obligatorio, ya que el regreso a clases de manera presencial fue posterior al calendario escolar y el regreso de los alumnos fue de manera escalonada”, aseguró Rivera.
Listas incompletas
Como consecuencia de lo anterior, la Anpec estima que los padres de familia no surtirán las listas de útiles escolares completas, consecuencias de los rezagos de la pandemia y la inflación, además de la nueva promoción de la cultura del reciclaje que “más que hacerlo por la cultura se hace por ahorrar y más en el caso de las familias que tienen más de un hijo en edad escolar”.
Para Verónica, una ama de casa del Estado de México, la lista de útiles que se le solicitó para su hija de tercer grado de primaria oscilará entre 600 y 700 pesos, sólo para materiales; sin embargo, se deberán sumar los gastos de uniformes nuevos, tenis y zapatos.
“Sí va a estar complicado. Hemos cotizado el precio de los materiales de la lista que nos solicitaron y rondará alrededor de 600 o 700 pesos, pero mi hija está creciendo y por esto tendremos que adquirir, además, uniformes nuevos”, señaló a La Razón.
Lo anterior se suma a la inscripción, dijo, de la que ya pagó 600 pesos, más 800 pesos más de los uniformes y, si sucede igual que el año pasado, tendrán que agregar a sus compras, sanitizantes y productos de limpieza, como parte de los protocoles sanitarios por el Covid-19.
Inflación pega en los bolsillos de capitalinos
El aumento de precios a causa de la inflación se resiente en los bolsillos de los capitalinos, quienes gastan lo de siempre pero compran menos productos en los mercados públicos de la Ciudad de México.
María de la Luz, una ciudadana que visita con frecuencia el Mercado de Sonora, se dijo sorprendida con los precios desde hace unas semanas, cuando salió por “unas cuántas cosas” y se gastó todo el dinero que llevaba.
“Se me hizo desproporcionado, compré cuatro o cinco cositas para el desayuno y me gasté como 300 pesos; de ahí, ya lo he notado en todo, no sólo la tortilla… uno va por huevo, que por el pollo, y no alcanza”, comentó.
Mientras realiza sus compras para llevar el alimento a su hogar, la capitalina cuenta a La Razón que para ella y su familia, el aumento de precios es “un golpe más”, que se añade a las pérdidas que tuvieron en los últimos años debido a la pandemia de Covid-19, pues además de padecer la enfermedad, su marido perdió el empleo.
“Estuvimos varios enfermos, una de mis hijas en el hospital, y mi esposo perdió el trabajo en lo más duro de la pandemia”, dijo.
Y ahora, lo que hace todavía algunas semanas podía adquirir con 200 pesos, ya cuesta 300 o 350 pesos, lamentó María de la Luz. “Se veía venir después de la pandemia, y aun así nos sorprende a todos, porque el dinero nunca es suficiente, nunca alcanza”, mencionó.
Ésta es una realidad que afecta a miles de mexicanos, pues a más de dos años del inicio de la pandemia de Covid-19, más del 64 por ciento de los ciudadanos aún no ha logrado recuperarse económicamente, de acuerdo con datos de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec).
La carestía ha obligado a algunos ciudadanos a tomar diferentes medidas, que van desde acudir a los comedores públicos y comunitarios, cuya demanda se ha incrementado, hasta trabajar más turnos o buscar empleos adicionales para generar más ingresos.
Es el caso de Alfredo, un habitante de la alcaldía Gustavo A. Madero, quien ha intentado “de todo” por sacar “una lanita extra” y así superar el encarecimiento de los productos básicos.
“En la pandemia pusimos un negocio en nuestra casa de venta de comida, empezó para los vecinos, fue la forma de salir adelante cuando no podíamos dejar la casa, pero ahora que todo está más caro, incluso nos la estamos pensando para seguir (con el negocio)”, contó a Alfredo a este medio.
El aumento de precios afecta a los principales alimentos de la dieta básica de los mexicanos, como huevo, tortillas, leche o carne, por lo que la reducción en el consumo de los mismos también golpea a los miles de ciudadanos de viven del comercio de estos productos.
En el Mercado de Sonora, locatarios coincidieron en que cada vez es más frecuente que la gente se lleve frutas y verduras por pieza, lo que hace que “se pierda mucho, porque la gente compra al día, no se llevan ni el kilo de algunas cosas, y a nosotros no nos conviene vender una pieza o dos, cuando compramos por caja”.
Tan elevado es el precio de algunos productos, como el huevo —que se ha elevado a más de 40 pesos—, que algunos consumidores han optado por adquirir apenas de a una pieza.
Otros alimentos también se compran de a poco, como los embutidos y la carne, coinciden en señalar varios locatarios.