La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) mejoró su pronóstico de crecimiento para el Producto Interno Bruto (PIB) de México en este año, del 1.7 por ciento previsto en abril pasado a 1.9 por ciento en su nueva expectativa, dada a conocer hoy, aunque por debajo el promedio de 2.7 por ciento para la región.
El director de Desarrollo Económico de la Cepal, Daniel Titelman, precisó que, pese a este ajuste al alza, la economía mexicana recuperará hasta 2024 el nivel que tenía antes del inicio de la pandemia de COVID-19, es decir, similar al del 2018.
Durante la presentación de la nueva edición de su informe anual “Estudio Económico de América Latina y el Caribe”, apuntó que México se encuentra entre los 16 países cuya economía aún no recuperar el nivel prepandemia, de 33 que integran la región.
Respecto a la alta inflación, señaló que tiene impactos distributivos en México y en todo el mundo, ya que al igual que el resto de países de la región latinoamericana, la gente de menores ingresos tiene pocos instrumentos y posibilidad de defenderse de la escalada de precios, pues viven de un salario que se erosiona por este fenómeno.
Así, las familias mexicanas de bajos ingresos, como las del resto de la región, se van a ver afectadas por la inflación que refleja fuertes aumentos en los precios de la energía y los alimentos, dos de los componentes más importantes de la canasta de consumo de este sector de la población.
Al respecto, el secretario ejecutivo interino de la Cepal, Mario Cimoli, apuntó que sólo por el impacto de la inflación, la pobreza en América Latina alcanzaría al 33 por ciento de la población este año, con un aumento de 0.9 puntos porcentuales más que en 2021, mientras que la pobreza extrema sería del 14.5 por ciento, con un alza de 0.7 puntos porcentuales.
En cuanto a las expectativas de crecimiento para América Latina en su conjunto, la Cepal también elevó su expectativa de crecimiento de 1.8 a 2.7 por ciento en 2022, pero precisó que la región se encamina a una senda de bajo crecimiento, similar a la observada ante de la pandemia.
El director de Desarrollo Económico de la Cepal explicó que se debe a que la coyuntura actual está sujeta a importantes restricciones tanto externas como internas, debido al bajo crecimiento económico y elevada inflación, añadió en rueda de prensa en línea desde Santiago, Chile, sede de la Cepal.
Pese a la mejora en las expectativas de expansión, el menor dinamismo frente al 2021 “es resultado tanto del fin de la recuperación pospandemia y de las secuelas dejadas por la crisis de la pandemia, como de los efectos negativos de la guerra en Ucrania”, señaló.
Titelman explicó que la Cepal revisó al alza su pronóstico para el PIB de América Latina este año de 1.8 a 2.7 por ciento, debido a un efecto estadístico y a que el grueso de los países se mantiene en su dinámica de crecimiento, y en algunos el consumo fue un poco más resiliente de lo esperado sobre todo el segundo trimestre, mientras que la inversión cayó un poco menos rápida.
Abundó que detrás de la nueva proyección está sobre todo que algunas de las grandes economías de la región, como Brasil, tuvieron un primer semestre un poco más activo y fuerte, pero el mensaje no cambia.
“El mensaje fundamental es que la región se encamina a repetir las malas trayectorias de crecimiento que tenía antes de la pandemia, en un contexto macroeconómico quizá mucho más complejo del que había antes de la pandemia, alta inflación, caída inversión”, acotó.
El especialista de la Cepal apuntó que ante esta tendencia a repetir el bajo crecimiento al que encamina la región, hay que repensar los instrumentos de la política macroeconómica y de política pública para poder enfrentar esta nueva coyuntura estructural y coyuntural más compleja y poder avanzar hacia un crecimiento más sostenible e inclusivo.
En su reporte, el organismo de Naciones Unidas sostuvo que, si bien algunos países de la región —sobre todo los exportadores netos de energía— se han beneficiado del alto precio de estos productos, en la mayoría de las naciones se están registrando caídas de los términos de intercambio junto con una desaceleración de las exportaciones.
Además, las condiciones financieras más restrictivas en los mercados internacionales y una mayor aversión al riesgo de los inversionistas están afectando los flujos financieros hacia la región, así como el costo del endeudamiento.
“En el contexto interno, las presiones inflacionarias se han visto intensificadas por el aumento del precio de los alimentos y la energía, lo que ha llevado a las autoridades monetarias a acelerar las alzas de las tasas de política monetaria”.
FBPT