Pese al incremento salarial que entró en vigor el primer día de este 2023, aún existen diferentes desafíos financieros de 40 años de rezago, como los sueldos bajos y la caída del poder adquisitivo de los trabajadores mexicanos.
La Asociación Mexicana de Empresas de Capital Humano (AMECH) señaló que el reciente aumento salarial permitirá contrarrestar la informalidad; no obstante, los bajos salarios —que aún persisten— son los principales retos para la informalidad.
Héctor Márquez Pitol, presidente de la AMECH, recordó que cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), señalan que existen 18.2 millones de personas que perciben hasta un salario mínimo, pero no todos ellos están en la formalidad, ya que al contrastar esta cifra con los datos de los trabajadores inscritos en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), sólo 47 mil 284 trabajadores están registrados con el salario mínimo, es decir que los bajos niveles salariales desincentivan la formalidad.
“Celebramos el incremento al salario mínimo para 2023, mismo que representa un avance en las condiciones laborales de los trabajadores en México y que tiene como objetivo uno de los retos más importantes, que es el fortalecimiento del poder adquisitivo de la clase trabajadora, para compensar el alza de precios que se ha dado por los altos índices inflacionarios que se presentan en todos los sectores”, sostuvo Márquez Pitol.
Es importante recordar que el aumento que promueve la política de incrementos a los salarios del Gobierno de México, permitirá pasar de un salario de 172.87 pesos a 207.44 pesos diarios, lo que equivale a 6 mil 310 pesos mensuales.
De la misma manera, esto hará que el país escale nueve posiciones desde 2020, colocándose en el lugar siete de los 20 países que conforman América Latina.
Otro desafío está relacionado con la falta de oportunidades laborales para los jóvenes mexicanos, quienes tienen que recurrir al autoempleo o emplearse e esquemas informales para poder generar mayores ingresos.
La Encuesta Nacional de Egresados 2022 (ENE) señala que 24 por ciento de los jóvenes recién egresados labora de manera independiente; 39 por ciento de este grupo que trabaja en este esquema ya que no pudo colocarse dentro de la formalidad.