México tendrá una mayor resiliencia económica respecto a otros periodos de posible recesión en Estados Unidos, afirmó la directora general de calificaciones soberana de Fitch Ratings, Shelly Shetty.
Durante el evento “Credit Outlook México 2023 de Fitch Ratings”, dijo que las elecciones presidenciales del año próximo en el país no son un motivo de preocupación en este momento para la agencia internacional, ni son un riesgo para la calificación soberana.
Refirió que el pronóstico de crecimiento de Fitch para México en este año es de entre 1.0 y 1.5 por ciento, tasa muy superior al 0.2 por ciento que proyecta para la economía de Estados Unidos, la cual podría caer en recesión.
Señaló que Estados Unidos y México están muy vinculados, ya que tienen fuertes lazos comerciales, de remesas o turísticos, por lo cual se dice que cuando el primer país entra en recesión, tiene tos o fiebre, al segundo le da una fiebre severa.
No obstante, aunque es probable siga atada la perspectiva económica de ambos países, esta vez Fitch espera un poco más de resiliencia de México en comparación con otros periodos en historia reciente cuando Estados Unidos ha entrado en recesión.
Shetty refirió que, desde principios del 2020, la calificación soberana de México se ha mantenido en BBB- con perspectiva estable, ya que permanecen las fortalezas del país, pues es una economía grande y diversas, con un marco de políticas macroeconómicas muy sólido y estable, así como con responsabilidad fiscal.
Resaltó que México tiene déficits de cuenta corriente de alrededor de 1.0 por ciento del PIB, los cuales son muy manejables y financiados con inversión extranjera directa, además cuenta con la Línea de Crédito Flexible del Fondo Monetario Internacional (FMI):
“Así que cuando observamos las condiciones de financiamiento externo más estrictas en el mundo, México en realidad parece estar bastante bien posicionado para navegar eso también”, afirmó la directora general de calificaciones soberana de Fitch Ratings.
Descartó riesgos para la calificación de México por las elecciones presidenciales del 2024, que en el pasado el país ha sorteado transiciones políticas sin problemas y las instituciones han aguantado, además de que aún falta año y medio para ese proceso y se desconoce al candidato de Morena, el partido gobernante, o si la oposición permanecerá unida y presentará un aspirante.