La inflación ya llevó a la “vitamina T”, la que consumen los mexicanos y que es considerada como un alimento de “fácil acceso”, en una alternativa poco accesible, derivado del incremento de precios de los principales ingredientes para su preparación.
La típica torta de jamón, los tamales, las llamadas “guajolotas” y los tacos han registrado aumentos que van desde 10 y hasta 25 por ciento, dependiendo de cada uno de los insumos.
Por ejemplo, para una torta de jamón, la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec) refiere que, en el último año, el precio del bolillo aumentó 47 por ciento la pieza, al pasar de 1.50 pesos en enero del 2022 a 2.40 pesos en promedio en los últimos quince días; el jamón de pierna incrementó 16 por ciento el kilo, al pasar de 95 pesos a inicios del año pasado, a 112 pesos este 2023.
En el jitomate se observó un repunte anual de 33 por ciento, mientras que los chiles en vinagre un crecimiento de 23 por ciento. Si se suman cada uno de los costos, el precio de una torta sencilla registró un crecimiento de 10 por ciento, con un costo unitario de alrededor de 13 pesos.
Otros de los ingredientes que se utilizan para una torta más elaborada es el huevo —producto que actualmente es afectado por la especulación sobre la gripe aviar en Estados Unidos y que golpea ya al precio de venta en México—, que registra incrementos de 22.1 por ciento anual hasta la primera quincena de este mes. Por su parte, el tocino también ha incrementado su valor hasta en 6.6 por ciento y la salchicha en 6.3 por ciento.
Los tacos son, sin duda, otro alimento de acceso casi inmediato, al menos en las zonas urbanas del país, como la Ciudad de México; sin embargo, éstos comienzan a volverse un tanto inalcanzables.
Hasta la primera quincena de este mes, el costo del kilogramo de tortilla reportó un aumento anual de 19.4 por ciento; el chile serrano, de 110.5 por ciento; el jitomate bola, de 39.8 por ciento; y el ajo, de 0.9 por ciento, según estimaciones realizadas por el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
La proteína para la elaboración de este “manjar”, ya sea pollo o carne de res, también ha sumado incrementos importantes; por ejemplo, el kilogramo de la carne roja registra un repunte de 7.7 por ciento anual; la de cerdo, 7.6 por ciento y la de pollo, 19.8 por ciento.
No todo es malo, existen algunos ingredientes cuyo costo ha disminuido, como la cebolla blanca (-33. 8 por ciento), el tomate verde (-13.0 por ciento), el limón (-19.4 por ciento) y el aguacate (-25.3 por ciento); no obstante, son más los precios de productos que no han descendido. En un balance se concluye que los tradicionales tacos se llegan a vender hasta en 28 pesos en promedio, 30 por ciento más caros que en 2022.
Sufrido día de la candelaria. En un recorrido hecho por La Razón en la XXVIII Feria del Tamal, en el Museo Nacional de Culturas Populares, los precios tanto de los tamales como del atole pueden ser para algunos bolsillos inalcanzables.
El costo de un tamal va desde los 30 y hasta los 95 pesos cada uno; mientras que el vaso de 250 mililitros de atole tiene un precio de entre 35 y 45 pesos y en jarro se eleva hasta los 60 pesos. Lo anterior implica que el precio promedio de los tamales es de 62.50 pesos y el del atole de 65 pesos.
Así, el gasto por una persona será de 127.50 pesos (si consume un tamal y un atole); por lo que en el supuesto de una familia de cuatro integrantes, la compra sería de 322.50 pesos; es decir, 115.06 pesos más que un salario mínimo actual de 207.44 pesos.
Los ingredientes para la elaboración de un tamal son ampliamente diversos, pero entre los básicos está la harina de maíz que en los primeros 15 días del mes, tuvo un alza de 18.6 por ciento, según el GCMA.
Otros insumos utilizados son el chile serrano con un alza anual de 110.5 por ciento, el jitomate saladette, con 34.7 por ciento; el nopal, con 7.2 por ciento; y la proteína que mencionamos ya.
Ante esto, uno de los antojos más socorridos en las mañanas como las “guajolotas”, que son, en algunos casos, el primero o incluso el único alimento del día, se vuelve un boquete en el presupuesto diario. En las panaderías el precio de un bolillo es de 2.40 pesos, el cual se suma al costo de un tamal, que en un puesto tradicional en las calles de la ciudad se llega a adquirir entre 18 y 25 pesos, en promedio; por lo que esta típica torta tendría un costo estimado de entre 23 y 30 pesos, en promedio, un incremento cercano al 27.7 por ciento anual.