México puede jugar un rol importante en la transición energética mundial, en particular por el fenómeno de nearshoring que el país tiene a su favor, consideró Banco Santander.
Consciente del potencial de este negocio, el grupo financiero puso en marcha la Estrategia ESG —aspectos medioambientales, sociales y de gobernanza corporativa— en América y México, en donde busca colocarse como líder de finanzas sustentables, dijo el responsable global de Green Finance de la institución, Lucas Aranguena.
En una reunión con representantes de medios de comunicación, destacó que el cambio de paradigma en cuanto a la producción de energía “ya es imparable” a nivel mundial, por lo que muchos de los insumos que requieran países desarrollados como Estados Unidos se tendrán que producir y ensamblar en México, además del consumo local.
La razón es que el territorio mexicano está posicionando geográficamente de manera privilegiada para beneficiarse de esos flujos de inversión que estaban concentrados en China, a lo que se suma la “agresiva” política de energías limpias por parte del Gobierno de Estados Unidos, así como el tejido industrial con el que cuenta México, sobre todo en la frontera norte.
Además, Aranguena destacó que el costo de la generación de energía limpia en México, como es la solar y eólica, “es extremadamente barato”, en comparación con otras geografías y latitudes, con lo cual la capacidad de producirla es muy importante.
Precisó que, hasta el momento, el país está “muy avanzado” en finanzas sostenibles y la muestra es que casi la mitad de las emisiones que se hacen en los mercados de capitales de renta fija de bonos son colocaciones sostenibles o verdes.