La inflación en México continuó desacelerándose, incluso más de lo previsto, lo que abre la posibilidad a que converja a la meta de 3 por ciento del Banco de México (Banxico) antes de lo estimado.
En mayo, el Índice Nacional de Precios al Consumidor, con el cual se mide la inflación, descendió de 6.25 a 5.84 por ciento a tasa anual, con lo cual sumó cuatro bajas consecutivas y alcanzó el menor nivel desde agosto del 2021.
Además, la cifra quedó por debajo de lo previsto, pues el consenso del mercado preveía una cifra de 5.89 por ciento.
“La inflación acelera su regreso al objetivo, pues estaría en condiciones de traspasar la barrera de 5 por ciento durante julio”, comentó Marcos Daniel Arias, analista de Monex.
En mayo, los precios registraron una caída de 0.22 por ciento con respecto a abril, lo cual contrasta con la inflación promedio, para el mismo periodo en los tres años previos, de 0.26 por ciento.
Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base, explicó que esto se debió a dos factores: por un lado, la normalización gradual de las presiones sobre precios en el componente subyacente o medular, incluyendo la disminución en el rubro de servicios.
Por otro lado está la caída en precios dentro del componente no subyacente, que incluye los precios de bienes con mayor volatilidad y sobre los que la política monetaria tiene poco efecto, destacando el ajuste programado de tarifas de electricidad y las caídas de precios de gas, ante esfuerzos del Gobierno por controlar precios.
Entre los productos y servicios que más bajaron de precio están la electricidad (21.22 por ciento), vivienda propia (23.98 por ciento), gas doméstico LP (2.89 por ciento), pollo (1.35 por ciento) y huevo (2.20 por ciento).
En contraste, entre lo que más subió destacan papa y otros tubérculos; vivienda propia; loncherías, fondas, torterías y taquerías; restaurantes, naranja, azúcar y refrescos envasados.
El indicador subyacente (integrado por mercancías alimenticias y no alimenticias, además de servicios) bajó de 7.67 a 7.39 por ciento en mayo. “Mostró una baja más pronunciada, aunque aún sigue alta”, señaló Juan Carlos Alderete, analista de Banorte. Este rubro es el que más preocupa a analistas y al propio Banco de México.
Posible rebote. Siller estimó que la expectativa de inflación para el cierre del año es de 5 por ciento, una cifra menor a 8.70 por ciento observado a finales del 2022.
Sin embargo, no descartó que se vuelva a ver un repunte hacia adelante, considerando que las bajas de marzo y abril son estacionales.
“Es importante recordar que la disminución de la inflación en abril y mayo fue impulsada por factores programados como los ajustes de tarifas de electricidad y el efecto calendario tras la Semana Santa, por lo que no se pueden descartar presiones inflacionarias en meses posteriores”, señaló.
Arias comentó que es posible que la inflación cierre el año por debajo de 4.5 por ciento. “Creemos que la inflación dará el grueso del descenso en los próximos cinco meses, aunque el reto vendrá en los pasos finales para bajar de 4 por ciento y, por ahora, pensamos que la estabilización en niveles inferiores se dará hasta el 2024”.
Banco de México prevé que la meta de 3 por ciento converja en el cuarto trimestre del 2024, es decir, al final del sexenio. Sin embargo, especialistas consideran que, de continuar la tendencia actual, el descenso puede ser más rapido. La última vez que la inflación estuvo debajo de 4 por ciento fue en febrero del 2021.
Consumidores Optan por marcas propias para sortear precios altos
Pese a las menores tasas de inflación, los hogares mexicanos continúan afrontando un “duro” ambiente económico que los ha llevado a reformular sus hábitos de compra, señaló la consultoría Kantar.
El 93 por ciento de los consumidores compra una marca propia para aminorar su gasto. Hace dos años, señaló la firma, se adquirían cinco categorías; hoy compran dos más.
El country manager de la división Worldpanel de Kantar México, Francisco Luna, expuso que en categorías de alimentos es donde se ha tenido el mayor incremento en precio.
Esto conlleva a que el consumidor lleve formatos medianos y, cuando se puede, grandes o extragrandes.
“Por eso es un consumidor extremadamente racional que se está adaptando, está siendo resiliente a un entorno nuevo”,
En cuanto a las marcas premium, dijo que muestran recuperación, lo que indica que hay un consumidor que sí está dispuesto a pagar.
Alina Archundia
FGR