Por quinto mes consecutivo, la inflación desaceleró el paso. En junio registró una tasa anual de 5.06 por ciento, la menor en más de dos años. Sin embargo, persisten presiones notables en el rubro de alimentos, lo cual impacta directamente en el bolsillo de las familias mexicanas, particularmente de las que menos tienen.
Si bien muestran una moderación, los precios de las mercancías alimenticias sumaron 11 meses con aumentos por arriba de 10 por ciento, es decir, casi el doble de la inflación nacional observada en el sexto mes del año, dijo Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base.
“Los datos muestran que las presiones inflacionarias se siguen disipando, pero continúan los riesgos al alza para los precios de las mercancías alimenticias, pues la guerra entre Rusia y Ucrania no ha terminado y el corredor de granos por el Mar Negro sigue en riesgo”, expuso.
De una muestra de 106 alimentos (no considera categorías de “otros”), 52 (49 por ciento del total) registraron una inflación de entre 10.05 y 39.61 por ciento, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). En tanto, 85 de éstos (80.2 por ciento del total) se encarecieron más allá del dato nacional observado en junio (5.06 por ciento).
Los productos que más aumentaron de precio en el mes a tasa anual fueron uva (39.6 por ciento), limón (24.7 por ciento), chile serrano (24.37 por ciento), azúcar (22.7 por ciento), así como mayonesa y mostaza (20.08 por ciento).
También destacaron la naranja (19.80 por ciento), manteca de cerdo (19.37 por ciento), tortillas de harina de trigo (17.71 por ciento), papas (16.80 por ciento) y pasteles, pastelillos y pan de dulce empaquetado (16.60 por ciento).
Otros productos con alzas mayores a 10 por ciento también fueron la guayaba, papas fritas, tostadas, galletas dulces, nopales, papaya, pasta para sopa, leche evaporada, condensada y maternizada, galletas saladas y lechuga y col.
En este periodo sólo bajaron de precio ocho alimentos, destacando el aguacate, la cebolla y el jitomate.
“El aumento constante en el precio de los alimentos impacta directamente en el bolsillo de los mexicanos, particularmente los que menos tienen, ya que ellos son los que destinan más de sus ingresos para cubrir sus necesidades alimenticias”, comentó Héctor Magaña, profesor del Tec de Monterrey.
De acuerdo con analistas, este aumento en precios se ha visto parcialmente compensado por mayores recursos provenientes de las transferencias gubernamentales y las remesas.