Fitch Ratings bajó la calificación de Estados Unidos debido a su creciente deuda pública a nivel federal, estatal y local, y por el “deterioro constante de los estándares de gobernanza” en las últimas dos décadas.
La calificación crediticia fue reducida de AAA, la más alta posible, a AA+. La nueva nota sigue estando dentro del grado de inversión.
El dólar bajó tras la rebaja, tomada dos meses después de que el presidente Joe Biden y la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, llegaran a un acuerdo sobre el techo de la deuda hasta 31.4 billones de dólares tras meses de enfrentamientos políticos.
La decisión de Fitch ilustra una de las formas en que la creciente polarización política y los repetidos estancamientos en Washington en torno al gasto y los impuestos podrían acabar costando caro a los contribuyentes.
En 2011, la agencia Standard & Poor’s le quitó a Estados Unidos su preciada calificación AAA y también señaló como razón las divisiones partidistas que dificultaban que la mayor economía del mundo controlara el gasto o subiera los impuestos lo suficiente como para reducir su deuda.
Una menor calificación crediticia podría elevar los costos de endeudamiento para el gobierno estadounidense.
La Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno estimó en 2012 que el enfrentamiento por el presupuesto de 2011 elevó los costos de endeudamiento del Departamento del Tesoro en mil 300 millones de dólares ese año.
Fitch mencionó la polarización política cada vez mayor en torno al gasto y a la política fiscal como una de las principales razones para reducir la calificación. Dijo que la gobernanza de Estados Unidos ha ido en declive en comparación con otros países de alta calificación, y señaló “repetidos estancamientos sobre el límite de la deuda y resoluciones de último momento”.
Otro factor es que prevé que la economía estadounidense caerá en una “recesión leve” en los tres últimos meses de este año y a principios del próximo.
Algunos economistas de la Reserva Federal hicieron una previsión similar a principios de año, pero en julio dieron marcha atrás y dijeron que el crecimiento se ralentizaría, pero que probablemente se evitaría una recesión.
“Estoy en total desacuerdo con la decisión de Fitch Ratings”, aseveró la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, en un comunicado. “El cambio... anunciado hoy es arbitrario y se basa en datos obsoletos”.
Yellen señaló que la economía estadounidense se ha recuperado rápidamente de la recesión causada por la pandemia de coronavirus, que la tasa de desempleo está cerca de mínimos de medio siglo y que la economía se expandió a una sólida tasa anual del 2.4 por ciento en el trimestre de abril a junio.
El acuerdo alcanzado en junio para resolver el estancamiento en torno al límite de deuda del gobierno en junio incluyó “más de un billón de dólares en reducción del déficit y mejoraba nuestra trayectoria fiscal”, añadió Yellen.
JVR