La recuperación del mercado laboral muestra signos de debilidad relevantes. Uno de ellos es el grupo de personas que trabaja en condiciones críticas después del impacto de la pandemia de Covid-19.
Se trata del porcentaje de la población ocupada (con empleo) que trabaja menos de 35 horas a la semana y con la disponibilidad de hacerlo por más tiempo, adicional a la que labora más de 35 horas con ingresos mensuales inferiores al salario mínimo y la que se emplea por más de 48 horas semanales ganando hasta dos salarios mínimos.
En junio, 31.87 por ciento de la población ocupada trabajó bajo esas condiciones. Si bien muestra mejoría en comparación con los niveles que se observaron por el impacto de la pandemia, superiores a 33 por ciento, aún está lejos de los registrados previo a la crisis sanitaria, muestran datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Esto implica que de los 58.7 millones de personas con empleo que se contabilizaron en el sexto mes del año, 18.7 millones labararon bajo condiciones críticas de ocupación.
En el mismo periodo del 2022, 30.65 por ciento de la población ocupada estaba en esa condición, el equivalente a 17.6 millones de personas, lo que implica que, en el último año, se sumaron al menos 1.1 millones de trabajadores a este esquema.
“El mercado laboral muestra signos de recuperación importante tras la pandemia; sin embargo, existen problemas estructurales que se deben atender. Uno de ellos son las condiciones de contratación, ya que muchos trabajadores no tienen las prestaciones mínimas que por ley deben registrar”, expuso Héctor Magaña, profesor del Tec de Monterrey.
En diciembre del 2019, la tasa de la población ocupada que trabajó en condiciones críticas fue de 18.74 por ciento y en febrero del 2020, justo antes de que el mercado laboral empezara a resentir el mayor impacto del Covid-19, de 22.97 por ciento.
Carmen trabaja en una fábrica de telas. A la semana asiste 30 horas, porque las necesidades de la empresa así lo requieren. “He pedido más tiempo de trabajo, para ganar un poco más; sin embargo, hasta el momento no se ha podido”, platica. A veces, dice, le dan horas extra, pero es insuficiente para cubrir sus necesidades de gasto. “Estoy buscando otro empleo, donde me paguen más, porque definitivamente no me alcanza con eso”.
Datos positivos
El mercado laboral en México vive uno de sus mejores momentos en cuanto a la tasa de desempleo y otros indicadores se refiere.
Los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) correspondientes a junio del 2023 muestran que la población ocupada se incrementó en 419 mil personas y se ubicó en 58.68 millones de personas, mientras que la desocupada o desempleada disminuyó 161 mil.
De acuerdo con cifras ajustadas por estacionalidad, la tasa de desocupación nacional disminuyó de 2.97 por ciento en mayo a 2.68 por ciento en junio, siendo la menor tasa mensual desde que comenzó el registro de la ENOE, en 2005, destacó Banco Base.
“La fortaleza del mercado laboral es tal que seguirá ejerciendo impactos positivos sobre el consumo y, en general, sobre el crecimiento”, consideró Marcos Daniel Arias, analista de Grupo Financiero Monex.
Añadió que conforme la economía se desacelera, es posible que la tasa de desempleo se estabilice en un rango de entre tres por ciento y 3.50 por ciento, “pero es posible que las disminuciones vuelvan a aparecer cuando se vayan materializando las nuevas inversiones y cambios asociados a las macrotendencias como el nearshoring”.
En su opinión, el gran reto será lograr una mayor participación y continuar con la mejora de la calidad en términos de ingresos y condiciones del empleo.
Al respecto, los cinco integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México coincidieron que el mercado laboral continúa mostrando fortaleza, al tiempo que la tasa de desempleo está en niveles mínimos.
Uno de los miembros añadió que la masa salarial crece a un ritmo no visto en mucho tiempo y que algunos integrantes del sector empresarial perciben cierta escasez de mano de obra, de acuerdo con la minuta 101, con motivo de la decisión de política monetaria anunciada el 22 de junio.
Más allá del dinero
Hay un elemento clave en el mercado laboral que las nuevas generaciones de colaboradores valoran de la misma manera o, en algunas ocasiones, un poco más que la remuneración económica que ofrece el empleador: el salario emocional, el cual cada vez se toma más en cuenta para elegir un trabajo, según Pandapé.
Este salario se define como un conjunto de beneficios, más allá de los puramente económicos, que hacen sentirse cómodos a los equipos de una compañía. Éstos contribuyen a mejorar su calidad de vida, bienestar e impactan positivamente en su percepción de ser apreciado, lo que a su vez impulsa su desempeño y, por ende, los resultados del negocio, grande o pequeño, expuso la empresa (software) de Recursos Humanos líder en Latinoamérica.