Más de 500 mil mujeres se sumaron a la economía informal en el último año, lo cual refleja el menor acceso que tienen ellas al mercado laboral, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Al segundo trimestre del año, 13.32 millones de mujeres laboraban en la llamada economía subterránea, 520 mil más que un año atrás. Esto implica que, como proporción de la población ocupada femenina, la tasa aumentó ligeramente de 55.9 a 56 por ciento.
En contraste, los hombres en la informalidad pasaron de 19.21 millones en el segundo trimestre del 2022 a 18.97 millones en igual periodo, lo que significó una reducción de casi 236 mil. Con ello, la tasa descendió de 55.6 a 54.6 por ciento, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
“Existe una serie de barreras que enfrentan las mujeres para entrar, permanecer y crecer en sus empleos. Entre ellas, una mayor carga de trabajo no remunerado para ellas, que se traduce en jornadas laborales más cortas. Adicionalmente, prevalecen los estereotipos de género que causan una mayor concentración de fuerza laboral femenina o masculina en determinados sectores y ocupaciones”, comentó el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) en un análisis sobre el tema.
En el último año, la población ocupada (con empleo) aumentó en 1.1 millones, de los cuales más de 500 mil fueron mujeres que se sumaron a la informalidad.
De acuerdo con los datos de la ENOE, en el segundo trimestre, la informalidad en las mujeres subió en 15 estados, destacando Zacatecas, Veracruz y Querétaro, con alzas de hasta 4.5 puntos porcentuales. Al ver por nivel, en Oaxaca se tiene el más alto, con 80.8 por ciento de la población ocupada. Le siguen Guerrero (78.7 por ciento) e Hidalgo (74.2 por ciento).
Así, la población que labora en la economía informal representa 55.2 por ciento. Si bien no es el nivel más alto en registro, se mantiene entre los más elevados.
Según el estudio de la Asociación Mexicana de Empresas de Capital Humano (AMECH): “Fomentando el empleo formal con seguridad social”, factores como las altas tasas de impuestos, la carga de seguridad social y los sueldos bajos son los principales indicadores que enfrenta la informalidad laboral en el país.
En México, la proporción de mujeres de 15 años o más que trabaja o busca un empleo ha oscilado entre 40 por ciento y 45 por ciento en los últimos 17 años, cuando en los hombres ronda en 75 por ciento, casi el doble.
Además, destacó el Imco, las mujeres obtienen ingresos laborales menores que los hombres. En 2022, la brecha de ingresos es de 14 por ciento, es decir, por cada 100 pesos que reciben ellos en promedio por su trabajo al mes, una mujer percibe 86 pesos.
Esta situación se agudizó con la pandemia, ya que ellas fueron las más afectadas y las últimas en regresar en su totalidad al mercado laboral, debido a un tema de cuidados de familia.
Se crean empleos
En el segundo trimestre del 2023, un total de 58.5 millones de personas se encontraban ocupadas, lo que significa 1.1 millones de personas más respecto al mismo periodo del 2022 y una creación de 172 mil 637 empleos de enero a junio.
El Inegi destacó que, en el periodo abril-junio de este año, la población desocupada fue de 1.7 millones de personas, cifra 223 mil 300 menor que en el segundo trimestre del 2022 y una reducción de 101 mil 661 en los primeros seis meses del 2023.
Con ello, la tasa de desocupación correspondiente fue de 2.8 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) –se define como el grupo de personas de 15 años o más que trabajan o busca empleo– en el segundo trimestre del 2023, cifra menor a la del mismo periodo de un año antes, de 3.2 por ciento, y también por debajo de 3.1 por ciento al cierre del año pasado.
Así, la PEA del país fue de 60.2 millones de personas en el segundo trimestre del 2023, cifra 878 mil superior que en igual lapso del 2022 y 70 mil 976 personas más de enero a junio de este año.