La inflación en México continuó su tendencia a la baja. En agosto desaceleró de 4.79 a 4.64 por ciento a tasa anual, con lo cual hiló siete descensos consecutivos, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Es el menor incremento desde febrero del 2021, es decir, en 30 meses. Sin embargo, la cifra fue ligeramente mayor a lo esperado por el consenso del mercado (4.61 por ciento), lo cual refleja que las bajas tienden a ser más moderadas.
“La dilución de los cuellos de botella, los menores precios de materias primas, la disminución en costos logísticos, la apreciación del peso mexicano y la expectativa de menores presiones de demanda –aunque el consumo privado ha sido más resiliente a lo esperado–, son factores que, consideramos, contribuirán a que la inflación mantenga una tendencia descendente”, dijo Alejandro Saldaña, analista de Banco Ve por Más (BX+).
La inflación también suma 30 meses fuera del objetivo del Banco de México, de entre 2 y 4 por ciento. Al respecto, BX+ estima que regresará a ese intervalo hasta el primer trimestre del 2025.
“Con el dato de agosto, la inflación acumulada en el año asciende a 2.40 por ciento, pero como más de la mitad del crecimiento de precios se genera en el último cuatrimestre, es muy probable que el nivel de cierre de año se ubique entre 4.7 por ciento y cinco por ciento”, expuso Marcos Daniel Arias, analista de Grupo Financiero Monex.
Cuando se ve por estados, Yucatán, Campeche y Michoacán registran las tasas más altas, por arriba de 6 por ciento.
La inflación se vio presionada por el indicador no subyacente (alimentos no procesados y energéticos), particularmente por los agropecuarios, que subieron 3.94 por ciento anual.
“El mes se caracterizó por el aumento de la inflación no subyacente, lo que evitó que continuara la tendencia de poderosas bajas que se habían manifestado entre marzo y junio”, destacó Arias.
En tanto, inflación subyacente (mercancías alimenticias y no alimenticías, además de servicios), la cual preocupa más a analistas y al propio Banxico, se ubicó en 6.08 por ciento, su menor nivel desde diciembre del 2021.
Datos mensuales
La inflación registró una variación con respecto a julio de 0.55 por ciento, ligeramente mayor al 0.48 por ciento observado un mes antes.
Los productos y servicios que más subieron de precio y tuvieron un mayor impacto en la inflación fueron: jitomate, con un alza de 31.73 por ciento; cebolla, con 30.54 por ciento; tomate verde, con 15.07 por ciento; gas doméstico LP, con 6.24 por ciento; colegiaturas de universidad, con 2.2 por ciento, y gasolina de bajo octanaje, así como loncherías, fondas, torterías y taquerías y electricidad.
La inflación subyacente mostró un dato mensual alentador, de 0.27 por ciento, mientras que la no subyacente aumentó 1.44 por ciento, la mayor desde marzo del 2022.
De forma mensual, todos los energéticos mostraron incrementos en agosto: gas doméstico LP (6.24 por ciento), gas doméstico natural (1.56 por ciento), electricidad (1.45 por ciento), gasolina de bajo octanaje (0.64 por ciento) y gasolina de alto octanaje (0.40 por ciento).
En la no subyacente, también destacó el alza de agropecuarios, particularmente las frutas y verduras, con un aumento de 1.74 por ciento.
“A pesar de que la mayor disminución en la inflación subyacente es bienvenida, las cifras continúan presentando patrones diferenciados. Mientras que los precios de las mercancías exhiben una mejoría gradual, los de los servicios aún muestran un comportamiento errático. Por otro lado, la rápida reversión de la inflación no subyacente es preocupante y, como esperábamos, complicará la reducción de la inflación hacía adelante”, señaló Finamex en un reporte.
Cifras quincenales
En la segunda mitad de agosto, la inflación registró una tasa anual de 4.60 por ciento, sumando ocho quincenas a la baja.
“La inflación subyacente en la segunda quincena de agosto registró una tasa anual de 5.96 por ciento. Es buena noticia, aunque todavía falta mucho trecho por recorrer”, expuso el subgobernador del Banco de México, Jonathan Heath.
“Debido a que la inflación alcanzó un pico en agosto y septiembre del 2022 (..,), es de esperarse que el efecto de una alta base de comparación se desvanezca a partir de agosto del 2023. Esto último implica que, a pesar de que seguirá bajando, se espera que lo haga a un menor ritmo”, expuso Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base.
Ante este panorama, el grueso de los analistas prevé que en Banco de México empiece a recortar sus tasas de interés (11.25 por ciento) hasta 2024.
fgr
