El Banco Central Europeo aplicó este jueves un decimo aumento consecutivo a las tasas de interés en su lucha contra una inflación persistentemente alta que ha estado plagando a los consumidores, incluso cuando crecen las preocupaciones de que mayores costos de endeudamiento podrían ayudar a empujar a la economía a una recesión.
El incremento de un cuarto de punto porcentual se produce al tiempo que los bancos centrales de todo el mundo, incluyendo la Reserva Federal de Estados Unidos, intentan juzgar qué tanta medicina anti inflación es demasiada —y cuál es el punto adecuado para detener su rápida serie de aumentos de tasas antes que la economía caiga en una recesión y la gente pierda sus empleos.
La decisión elevó la tasa de depósito de referencia del BCE al 4%, un alza drástica desde el -0,5% de hace poco más de un año y la más alta desde que se estableció el euro en 1999.
Las tasas de interés se encuentran en niveles que “mantenidos durante un período suficientemente largo” contribuirán de manera sustancial a reducir la inflación, indicó la presidenta del BCE, Christine Lagarde, en una conferencia de prensa.
“Las decisiones futuras garantizarán que las tasas de interés clave del BCE se fijen en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario”, detalló Lagarde, añadiendo que las autoridades seguirán confiando en los datos disponibles.
Sin embargo, advirtió que “no podemos decir eso ahora, que estamos en el pico”.
La inflación anual del 5,3% en los 20 países que utilizan el euro está muy por encima del objetivo del banco del 2%, robando a los consumidores poder adquisitivo y contribuyendo al estancamiento económico —lo que apoya los argumentos a favor del aumento de tasas.
Presionando en sentido contrario estaba la creciente conciencia de que mayores costos de endeudamiento están pesando sobre las decisiones de los consumidores y las empresas para invertir y gastar y se están convirtiendo en una carga para la economía.
DAN