El Costo Anual Total (CAT), como su nombre lo dice, considera el costo neto que las personas van a pagar por un financiamiento, incluidas las tarjetas de crédito.
No sólo incluye las tasas de interés, sino otros rubros que el usuario terminará pagando a una institución financiera por hacer uso de esos recursos, entre ellos comisiones, gastos adicionales y la apertura de financiamiento.
El CAT se expresa en términos porcentuales del monto prestado. Por ejemplo, si es 100 por ciento, implica que la persona terminará pagando el doble del monto prestado.
Este costo es clave para comparar créditos, ya que es una medida más fiel de cuál conviene más. Si sólo se toma en cuenta la tasa de interés, es posible que elijas más el financiamiento que más te conviene.
Por ejemplo, si el producto A tiene una tasa de interés de 10 por ciento y el B de 7 por ciento, es posible que elijas este último. Sin embargo, continuando con el ejemplo, el A no cobra anualidad, ni comisiones adicionales, mientras que el B cobra anualidad de mil pesos y 3 por ciento del monto por apertura.
Entonces, terminarás pagando más al final del crédito. “Por lo general, entre más bajo es el CAT menos costoso es el crédito”, de acuerdo con el Banco de México.
DAN