Millones de dólares siguen ingresando a México por concepto de remesas. Sin embargo, el ritmo de crecimiento muestra síntomas de desaceleración, lo que se suma a la constante caída del poder adquisitivo de estos recursos a causa del superpeso.
En los primeros ocho meses del año, el flujo de remesas aumentó 9.27 por ciento de manera anual. Si bien la cifra es relevante, es mucho menor a la observada en los dos años previos, según datos del Banco de México (Banxico).
En el mismo periodo del 2022 se registró un incremento anual de 15.17 por ciento, mientras que en 2021, el avance fue de 24.79 por ciento.
“Se mantiene vigente la tendencia de desaceleración de la que hemos hablado”, señaló Marcos Daniel Arias, analista de Monex, en un reporte.
En agosto, las remesas que llegaron al país ascendieron a cinco mil 563 millones de dólares, lo que significó una caída de 1.56 por ciento con respecto al mes previo. “El dato puede ser considerado negativo, pues, en promedio desde 1995, en agosto las remesas han crecido 2.63 por ciento mensual, mientras que en los últimos cinco años han aumentado, en promedio, 1.25 por ciento mensual”, señaló Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base.
Sin embargo, al ver el dato de manera anual, éstas crecieron 8.6 por ciento y sumaron 40 meses de expansión, destacó Juan José Li Ng, analista de BBVA México.
“Además, en los meses de mayo, junio, julio y agosto de este año, las remesas han superado los cinco mil 500 millones de dólares; es decir, ya llevamos cuatro meses consecutivos con ingresos por remesas mayores a este monto”, expuso.
Capacidad adquisitiva. Pese al incremento constante de remesas, su capacidad de compra sumó 10 meses de deterioro por la fortaleza que registra el peso frente al dólar, destacó Siller.
Tan sólo en el octavo mes del año, acotó la especialista, el poder adquisitivo de estos recursos se contrajo 12.45 por ciento a tasa anual. La última vez que se observaron 10 caídas de forma consecutiva fue entre agosto del 2012 y mismo periodo del 2013, cuando retrocedieron durante 13 meses al hilo.
“Estos importantes flujos de remesas a México deberían traducirse en un mayor nivel de bienestar para los hogares receptores; sin embargo, debido a la inflación y, principalmente, a la apreciación del peso frente al dólar, en términos reales, los hogares recibieron en agosto menos remesas que en el mismo mes del 2022”, expuso el analista de BBVA.
En su opinión, las remesas a México continuarán creciendo en los siguientes meses debido, principalmente, a la fuerte demanda laboral en EU y al “muy importante” diferencial salarial entre ambos países.
Se estima, dijo, que una persona con estudios de bachillerato en México tiene un ingreso promedio de 328 dólares mensuales, mientras que un migrante mexicano en EU con el mismo nivel educativo gana en promedio tres mil 381 dólares mensuales, es decir, 10 veces más.
Este fuerte diferencial en el nivel de ingreso, aunado a la falta de oportunidades económicas en las comunidades de origen, hacen que cientos de miles de migrantes de México, Centroamérica, Sudamérica y de otros países hagan una larga travesía para alcanzar el sueño americano, lo que ha llevado a un aumento considerable en el flujo migratorio hacia ese país, provocando una saturación en sus capacidades de detención de migrantes y un aumento de los casos pendientes por resolver en las cortes migratorias de Estados Unidos, expuso el especialista.