Analistas consultados por el Banco de México estiman que la Inversión Extranjera Directa (IED) en el país puede sumar hasta 42 mil millones de dólares (mdd) durante este año y hasta 45 mil mdd el próximo, en medio de un entorno de mayor flujo de recursos ligados a la relocalización de empresas, el nearshoring.
“Tenemos una oportunidad única, estoy convencido de que estas cifras de IED, que este año podrían rebasar los 40 mil mdd, podríamos duplicarlas”, comentó Kenneth Smith, exjefe de negociación técnica para el T-MEC.
Sin embargo, acotó en el podcast “Norte Económico” de Banorte, “escuchamos discursos gubernamentales donde dicen vamos muy bien, 40 mil mdd son de las cifras más altas a nivel mundial y es un hecho. Son datos importantes, pero no son suficientes para el desarrollo que necesita nuestro país”.
Hasta la primera mitad del año, la IED sumó 29 mil mdd. En 2022 llegó a 36 mil 396 mdd, lo que implicaría un aumento anual de 15.4 por ciento para 2023. Sin embargo, el año pasado hubo dos movimientos inusuales: la fusión de Televisa y Univision y la reestructura de Aeroméxico, los cuales representaron seis mil 800 mdd, según la Secretaría de Economía. Sin esas operaciones, la IED hubiera rondado apenas en 30 mil mdd.
El consenso
La mediana de los 20 especialistas del sector privado consultados por Banxico en materia de IED asciende a 37 mil 150 mdd para 2023, una cifra que ha ido aumentando paulatinamente, pues al cierre del año pasado esperaban poco más de 32 mil mdd. En tanto, la mediana para 2024 es de 37 mil 300 mdd.
Alejandra Marcos, directora de Análisis de Intercam Banco, destacó que la amplia frontera entre México y Estados Unidos (EU) es una ventaja que debería ser apalancada, ya que el país vecino es el principal mercado a nivel global.
“De hecho, en 2023 se convirtió en el principal socio comercial con EU, superando a China y Canadá, con la posibilidad de crecer hasta 80 mil mdd de IED en los siguientes 10 años,”, expuso.
Para John Soldevilla, director general de la consultora Economy, Business & Indicators (Ecobi), el nearshoring, comparando su impacto con la implementación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en 1994, podría significar un crecimiento mayor al del llamado “milagro mexicano” hace algunos años.
“A diferencia de otros países que podrían beneficiarse, la oportunidad de México es única, puesto que su cercanía con Estados Unidos, la disponibilidad de mano de obra calificada, así como su posición preponderante como productor y exportador de manufacturas, lo hacen el candidato perfecto para atraer la inversión extranjera”, comentó.
Según las proyecciones presentadas por Soldevilla, para 2030, el nearshoring podría provocar un crecimiento en el Producto Interno Bruto similar al visto durante el TLCAN, colocándolo en 3.7 por ciento. De esto, el gran ganador sería el sector manufacturero, quien dominaría casi en su totalidad las exportaciones, generando 22.4 por ciento del PIB.
Buenos, pero falta más
La semana pasada, la Secretaría de Hacienda dio a conocer un paquete de estímulos fiscales para 10 sectores exportadores, con lo cual busca atraer 18 mil 500 mdd adicionales en inversión.
Los beneficios incluyen la deducción acelerada de inversiones en bienes nuevos utilizados para el desarrollo de las actividades, que varía de 56 por ciento a 89 por ciento en 2023 y 2024. Además, se garantiza una deducción adicional de 25 por ciento durante tres años para gastos de capacitación de trabajadores.
“Para el Instituto Mexicano para la Competitividad, cualquier estrategia para atraer inversiones al país, sean relacionadas con el nearshoring o no, debe ir más allá de los estímulos fiscales. Es necesario atender las necesidades de infraestructura, desarrollo de talento y Estado de derecho del país para incrementar la capacidad de captación de capital extranjero”, expuso.
En ese sentido, Smith señaló que “el éxito o el fracaso a mediano y a largo plazo dependerá de lo que hagamos en materia de política pública doméstica”.
Reto regional
Añadió que uno de los principales “frenos de mano” para que siga creciendo la inversión extranjera en México es una disparidad en el desarrollo regional, pues más de 70 por ciento de los capitales nuevos se localiza en algunos estados del norte del país y casi 50 por ciento de las nuevas inversiones en los últimos dos años llegó, por ejemplo, a Nuevo León. Es decir, estados donde ya hay una plataforma productiva, una complejidad económica amplia y un ecosistema emprendedor desarrollado. “El problema es cómo hacemos que se replique ese éxito en otras regiones”, incluyendo el sur, cuestionó.