Ahora que los boletos para conciertos o eventos masivos ya no se compran en las taquillas de los recintos y se tienen que adquirir en línea, con específicas tarjetas de crédito, cada vez más se recurre a algún familiar o amigo que tenga ese plástico para que logres ver a tu artista o equipo favorito.
Si tú eres de los que presta su tarjeta de crédito a integrantes de tu familia o a amigos que te la piden para comprar boletos, el Servicio de Administración Tributaria te explica por qué es que no debes prestar tu plástico, pues te puede ocasionar problemas con tu pago de impuestos.
¿Por qué no debes prestar tu tarjeta a familiares y amigos?
Prestar tu tarjeta de crédito puede traer riesgos a tus finanzas personales, sobre todo si se realizan compras a plazos. La deuda queda registrada a tu nombre y más allá de eso, el SAT avisa que se puede generar una discrepancia fiscal. ¿Cómo es eso? Chécate.
La discrepancia fiscal es cuando los gastos del contribuyente son superiores a sus ingresos. Al prestar la tarjeta de crédito puedes caer en esta práctica. El SAT lo explica de la siguiente manera: al existir la Ley del Impuesto Sobre la Renta, misma que establece en el artículo 91 que las personas pueden ser objeto de un procedimiento de discrepancia fiscal si se comprueba que el monto de tus gastos es superior a lo que declaras en tus ingresos anuales.
Si comprueban que esto ha sucedido, primero se te notifica sobre este tema, a partir del monto detectado. Luego, tienes un plazo de 20 días a partir de la fecha de notificación para informar por escrito a las autoridades fiscales sobre el origen de estos recursos.
¿Qué debo hacer en caso de detectar esta discrepancia fiscal?
En caso de que se registre esta discrepancia fiscal, lo que tienes que hacer es ofrecer las pruebas necesarias para acreditar el origen de estos recursos. Aquí las autoridades fiscales pueden solicitar información o documentación adicional. Si la discrepancia es acreditada, entonces se presumirá como ingreso gravado y se cobrará la multa correspondiente.
Por eso es que no debes prestar tu tarjeta de crédito a tus familiares y amigos, por más que te la pidan y los quieras.