“Toco, juego y aprendo” es el lema que ha acompañado a Papalote Museo del Niño en los 30 años de entretenimiento y aprendizaje que ha dado a miles de hogares en el país. Durante estas tres décadas, más de 23 millones de personas han visitado la sede de la Ciudad de México, en el corazón de la Segunda Sección de Chapultepec.
A lo largo de 23 mil 595 metros cuadrados, existen diversas áreas de conocimiento, diversión, esparcimiento y cultura en general que han dejado huella en millones de niños, adolescentes y adultos.
Su éxito es tal que el concepto se replicó en Cuernavaca en 2008 y en Monterrey en 2018. Además, el museo ha asesorado a otros centros de entretenimiento en varias partes de la República.
“Los invito a visitarlo, les garantizo que van a vivir un momento inolvidable. El Papalote deja huella, recuerdos gratos, no dejen de vivir esta experiencia, porque no se van a arrepentir”, dice a La Razón Dolores Beistegui, directora de Papalote Museo del Niño.
Les garantizo que van a vivir un momento inolvidable. El Papalote deja una huella, un recuerdo grato, no dejen de vivir esta experiencia, porque no se van a arrepentirDolores Beistegui, Directora de Papalote Museo del Niño
¿Cuántas personas visitan el museo cada año? Entre 600 mil y 800 mil, dependiendo el año; en este momento estamos en un efecto pospandemia, donde recuperar un público después de estar cerrado más de un año es un proceso, vamos a terminar 2023 en cerca de 500 mil personas. En promedio, mil 500 visitan a diario las instalaciones, entre niños, jóvenes, padres y maestros.
¿Cuáles son los espacios más atractivos para los visitantes? La apuesta educativa de nosotros es un espacio de libre aprendizaje, no tienes que empezar en un lugar y terminar en otro, nuestro objetivo es incidir en la transformación del modelo educativo muy tradicional que tenemos en México. ¿Qué quiere decir de libre aprendizaje? Que puedes estar cuatro horas en la misma exhibición si así lo quieres o pasar de una a otra; es decir, no hay un recorrido, hay una serie de experiencias que parten de la premisa siguiente: cada ser humano es único, nacemos como entidades únicas e irrepetibles, somos una estrella y todos tenemos que aprender a reconocer esa capacidad de brillar.
Papalote tiene una oferta muy grande, puedes estar cuatro horas y no vas a terminar de verlo todo. Si sale un niño y le preguntamos qué te pareció y él responde estuvo increíble, estamos conformes, no nos interesa que salga con un conocimiento, aunque lo más probable es que más adelante demuestre lo que aprendió.
La última experiencia que abrieron fue Creadores, ¿en qué consiste? La abrimos hace unos días, es una sección en la que nos interesa generar una comunidad de creadores, jóvenes de 10 años en adelante, a la que le vamos a desarrollar habilidades para enfrentar desafíos, el reto puede ser, con la carpintería, construir un objeto o, en el taller eléctrico, hacer una lámpara. Va a haber muchos formatos diferentes para poner en práctica las habilidades, aunque nunca en tu vida hayas usado un martillo o un desarmador, pero el objetivo es que veas que sí se puede. Lo más importante es que tengas la capacidad de desarrollar un proyecto de principio a fin. Estamos en fase piloto, porque es una propuesta muy compleja en términos de logística. Vamos a estar en esta etapa hasta enero, hasta que terminen las vacaciones. Ha sido muy exitoso, se van muy emocionados de llevar algo hecho por ellos.
¿Han pensado hacer otras sucursales? Ya tuvimos dos invitaciones, una en Cuernavaca, donde tenemos una sede, y otra en Monterrey. Hay muchos museos de niños en la República Mexicana que se hicieron con asesoría del Papalote, pero no se llaman así.
¿Cuál es el costo de entrada? Son 240 pesos con Domo y acceso al museo. Siempre pedimos que estén atentos a nuestra página, porque siempre tenemos ofertas e invitaciones especiales.
¿Qué sucede con los recursos que se recaudan? El Papalote es enorme y mantener un museo de este tamaño, de esta calidad y sin ningún apoyo de ninguna autoridad es un reto. Es el único museo así en toda la República, no tenemos atrás una fundación, una empresa, un fideicomiso, un banco y menos el Gobierno, todos los recursos que obtenemos se destinan para pagar los gastos del museo, empezando por la nómina. Actualmente, tenemos un equipo de 180 personas, más los cuates (jóvenes que hacen su servicio social) que están en piso, más el servicio de seguridad y limpieza. Al final es un grupo importante de personas el que nos apoya.