La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos mantuvo su tasa de interés sin cambios hoy, por tercera vez consecutiva, señalando que probablemente ya dejará de hacer alzas tras aplicar los incrementos más seguidos en cuatro décadas a fin de combatir la inflación.
El banco central estadounidense señaló además que anticipa aplicar tres reducciones de cuartos de punto el próximo año.
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Tales reducciones, que probablemente se darán hasta la segunda mitad de 2024, sugieren que los responsables del banco creen que seguirán siendo necesarias las tasas de interés altas en parte del próximo año para inhibir aún más el gasto y la inflación.
“La inflación ha disminuido durante el último año, pero sigue por encima de nuestro objetivo de largo plazo del 2 por ciento”, dijo el presidente de la Fed, Jerome Powell, en una conferencia de prensa después de que el comité de política de 19 miembros de la Reserva Federal finalizara su reunión.
Es la primera vez desde que se disparó la inflación en 2021 en que la institución reconoce públicamente algún progreso en su lucha contra los aumentos de precios. También insinuó que sus recortes de tasas podrían haber acabado, al decir que está considerando “aumentos adicionales” en caso de ser necesario.
El banco dejó su tasa de interés referencial en alrededor de 5.4 por ciento, su mayor nivel en 22 años y una tasa que ha elevado los costos para hipotecas, créditos automovilísticos, créditos empresariales y muchos otros tipos de préstamos.
Las hipotecas más altas han reducido las ventas de viviendas. También ha disminuido el gasto del consumidor común en artefactos del hogar y otros productos costosos.
Hasta ahora, el banco central ha logrado algo que pocos pensaban posible: la inflación cedió sin que hubiese un pronunciado un aumento del desempleo y sin que hubiese una recesión, ambas consecuencias que por lo general acompañan los esfuerzos de un banco central por enfriar la economía.
Si bien la inflación sigue por encima del nivel deseado de 2 por ciento, ha disminuido a un ritmo más alto de lo que esperaban sus funcionarios, lo que les permite dejar inalteradas las tasas y esperar a ver si los aumentos de precios siguen amainando.
Al mismo tiempo, el reporte más reciente del gobierno sobre los precios al consumidor muestra que la inflación en algunos rubros —como la atención médica, los alquileres, los restaurantes y otros servicios— sigue persistentemente alta, y es una de las razones por la que Powell es renuente a dar señales de que la institución está ahora dispuesta a reducir las tasas en el corto plazo.
Las proyecciones trimestrales de la Fed mostraron que sus responsables vaticinan un “aterrizaje suave” en que la inflación seguirá disminuyendo hasta llegar a la meta del banco, de 2 por ciento, sin causar una recesión en Estados Unidos.
Los pronósticos indican que el banco anticipa reducir su tasa referencial a 4.6 por ciento para fines de 2024, es decir, tres reducciones de tres cuartos de punto respecto de su nivel actual.
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