La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) revisó al alza el Producto Interno Bruto (PIB) de México para este año y el 2024, debido a las inversiones externas que se prevén y al dinamismo interno sólido.
En su último informe anual de este año titulado “Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2023”, elevó su pronóstico de crecimiento para México al cierre de 2023 de 2.9 por ciento estimado en septiembre pasado a 3.6 por ciento.
Para 2024, el organismo económico regional de las Naciones Unidas también mejoró su expectativa para la economía mexicana a 2.5 por ciento desde 1.8 por ciento previo, pero significa una desaceleración respecto a este año.
Los pronósticos oficiales de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para el PIB nacional son de un crecimiento en un rango entre 2.5 y 3.5 por ciento tanto para 2023 como para 2024.
Esto significa que la nueva proyección de crecimiento económico de la Cepal para México en este año está ligeramente arriba de ese intervalo, pero el de 2024 se ubica apenas en la parte baja del rango oficial.
Para América Latina en su conjunto, la Cepal estimó que, en promedio, crecerá 2.2 por ciento en 2023 y 1.9 por ciento en 2024, lo que implica una desaceleración del crecimiento regional respecto a los niveles observados en 2022.
Señaló que la región mantendrá la senda de bajo crecimiento, lo que significará una desaceleración en la creación de empleo y la persistencia de la informalidad y de las brechas de género, entre otros efectos.
Por otra parte, el bajo crecimiento también responde al limitado espacio interno de la política fiscal y monetaria, que enfrentan los países de la región. En este sentido, se resalta que los niveles de deuda pública, si bien se han reducido, son aún elevados, lo que, sumado al aumento del costo del financiamiento, restringe el espacio fiscal.
En el ámbito monetario, la inflación continúa a la baja en la región, pero la política monetaria mantiene todavía un sesgo restrictivo, debido a los efectos que la reducción de tasas podría tener sobre los flujos de capital y el tipo de cambio, considerando que, en los países desarrollados, se mantienen todavía vigentes las altas tasas de interés.
En 2023 se espera que la inflación mediana de la región termine el año en 3.8 por ciento, muy inferior al 8.2 por ciento anotado en 2022. En 2024 la caída continuará y se prevé que la mediana de la tasa de inflación regional será de 3.2 por ciento, según muestra el informe.
Para 2023, la Cepal estima el número de personas ocupadas habrá crecido un 1.4 por ciento, lo que supone una reducción de cuatro puntos porcentuales con respecto al 5.4 por ciento registrado en 2022. Esta menor creación de empleo se extenderá en 2024, cuando se proyecta que el número de ocupados crecerá 1.0 por ciento.
Para salir de la trampa de bajo crecimiento, “es necesario escalar las políticas de desarrollo productivo con una mirada en sectores estratégicos dinamizadores, impulsar políticas para promover la inversión pública y privada, y adecuar el marco de financiamiento para potenciar la movilización de recursos”, enfatizó José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal