El peso mexicano cerró ayer en su mejor nivel desde agosto pasado, en un mercado caracterizado por la baja liquidez y la ausencia de noticias económicas relevantes.
El tipo de cambio finalizó en 16.9458 unidades por dólar, con lo cual sumó dos jornadas por debajo de 17 pesos, según datos del Banco de México (Banxico).
Con ello, la moneda mexicana se apreció 0.31 por ciento frente al billete verde en la última sesión, en la que alcanzó su mejor nivel desde el 30 de agosto.
“Lo anterior fue consecuencia de un debilitamiento del dólar estadounidense de 0.23 por ciento, de acuerdo con el índice ponderado, pues el mercado sigue especulando que la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) comenzará a recortar la tasa de interés en marzo”, señaló Banco Base en un análisis.
En lo que va del año, la divisa azteca se aprecia 13.13 por ciento, el equivalente a 2.56 pesos. Sin embargo, el peso aún se mantiene por arriba de su mínimo del año, el cual fue de 16.6726 unidades y se alcanzó el 28 de julio.
“Técnicamente seguimos en niveles de sobreventa, aunque sin extrema razón, por lo cual podríamos ver, durante la semana, precios en los 16.90 bajos o 16.80 altos como soporte; quizá, por fin de mes, haya algo de demanda que nos haga regresar a las 17 o 17.10 unidades en algún momento, aunque sin algo en concreto”, comentó Roberto Galván, analista de Intercam.
Sobre el tema, Monex destacó que el tipo de cambio se mantuvo por debajo de los 17 pesos durante el fin de semana gracias al festivo por Navidad y a la baja operatividad de los mercados.
“Podría mantenerse activo entre los niveles de 17.10 y 16.92 durante el resto de la semana, recordando que, al operar con poco volumen, la volatilidad puede ser mayor”, dijo.
Al asegurar que la economía va por buen camino, el Presidente Andrés Manuel López Obrador destacó que otra buena noticia, “aunque no les guste a los conservadores”, es que el peso bajó de 17 unidades. “No se había visto en muchísimo tiempo, 16.97 pesos por dólar”, apuntó.
Presume sector energético
Durante su conferencia mañanera, el mandatario informó que, en 2024, estarán concluidas dos plantas coquizadoras en Tula, Hidalgo, y en Salina Cruz, Oaxaca, con el fin de dejar de importar gasolina y ser autosuficientes en los próximos años. Lo anterior, dijo, se lleva a cabo de manera paralela a la rehabilitación de las seis refinerías que fueron abandonadas en el pasado, al considerarlas como “chatarra”, la adquisición de otra más en Deer Park, en Houston, y la construcción de Dos Bocas, en Tabasco.
“Las plantas coquizadoras para convertir el combustóleo en gasolina, esto significa que se le da valor agregado al combustóleo, se vende más caro la gasolina y no se contamina (…). El próximo año vamos a ser autosuficientes en gasolinas, ya no se van a comprar en el extranjero”, aseguró.
Refirió que las dos plantas coquizadoras tendrán una inversión estimada de seis mil millones de dólares y añadió que, al llegar a la Presidencia, la producción de las seis refinerías que tenía entonces Pemex era de 38 por ciento de su capacidad, la cual se ha podido levantar a 65 por ciento.