Al cierre del 2023, el Gobierno mexicano registró proyectos de inversión por 110 mil 744 millones de dólares, a través de 378 anuncios, los cuales se van a desarrollar en dos a tres años, informó la Secretaría de Economía.
Muchos de estos proyectos están relacionados con el proceso de relocalización de empresas, el llamado nearshoring.
De los anuncios a detonar, 65 por ciento corresponde a la ampliación de sociedades creadas en México; 27 por ciento, a inversiones sin presencia en el país y ocho por ciento, a fusiones y adquisiciones de empresas nacionales.
Los mayores proyectos a desarrollarse son de Mexico Pacific Limited (transporte), por 15 mil millones de dólares; Tesla (manufactura), por 10 mil 26 millones de dólares; Copenhagen Infrastructure Partners (energía), por 10 mil millones de dólares; Woodside Energy (petróleo), por siete mil 200 millones de dólares y Kia Motors (manufactura), por seis mil millones de dólares.
“De los anuncios, se destaca el interés de inversiones en industrias con poca recepción de IED (Inversión Extranjera Directa) en México, tales como energía, construcción, semiconductores y eléctrico-electrónico, así como de industrias complementarias a la industria automotriz”, expuso la dependencia.
Los proyectos que se planean detonar en 24 a 36 meses se ubican en las 32 entidades del país, lo que representa la redistribución de las inversiones a nivel nacional, teniendo montos anunciados desde Baja California hasta la Península de Yucatán, sostuvo la institución.
En entrevista con La Razón, Raquel Buenrostro Sánchez, titular de la Secretaría de Economía, aseguró que la actividad económica nacional vive una de sus mejores etapas en la historia, lo cual es conocido en el mundo como el “momento mexicano”.
En términos generales, acotó, México es el país más atractivo para la inversión en América, por su alta competitividad y factores como mano de obra calificada y en constante preparación.
Esto, añade, en un entorno de manejo de finanzas públicas sanas, mayor recaudación de impuestos, estabilidad económica, menor inflación, mayor confianza empresarial y paz social.
En su opinión, los inversionistas extranjeros tienden a ser más optimistas que los nacionales, porque “el nacional se llena la cabeza de telarañas con la política, mezcla lo político con lo económico y tarda en tomar decisiones”.
Sin embargo, reconoció que para seguir crecimiendo y obtener los mejores beneficios es necesario detonar mayor inversión pública y privada en infraestructura carretera, ferroviaria y portuaria para retener y atraer más capitales al país.
Para ello, los recursos que actualmente se utilizan en obras insignia del Gobierno deben canalizarse a esos rubros, para así mantener el crecimiento actual.
Además, dijo, también se debe trabajar en logística y en el tema de generación eléctrica, así como en la mejora regulatoria y en una nueva política industrial que genere cadenas productivas y deje atrás el modelo de maquila.