Adoptar hábitos alimenticios saludables es un propósito que cada vez más personas quieren lograr, lo cual no sólo se relaciona con escoger productos bajos en calorías, sino también opciones orgánicas y poco procesadas. Evitar los alimentos ultra procesados o llenos de químicos es una meta que persiguen quienes buscan una vida más saludable.
El auge de la adopción de estos nuevos hábitos no ha sido casualidad, sino que responde a una creciente preocupación por la calidad de los alimentos que estamos consumiendo. Cada vez más y más expertos advierten que los productos que llenan los anaqueles de nuestro supermercado son poco saludables por su composición y procesamiento.
Así, los alimentos preparados o empaquetados son los que, a la larga, más daño pueden hacer a nuestro cuerpo, debido a la gran cantidad de químicos y conservadores utilizados durante su producción y empaquetado. De esta forma, los expertos piden evitar alimentos ultraprocesados y optar por opciones naturales. Pero ¿qué pasa con la carne? La Organización Mundial de la Salud (OMS), hace algunos años, emitió una advertencia que ha quedado olvidada.
¿Qué dice el informe de la OMS sobre el potencial cancerígeno de la carne?
De acuerdo con la agencia EFE, en 2015 un grupo de integrantes del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) de la OMS publicó un artículo que generó una opinión encontrada entre consumidores y la comunidad científica, pues encontraron alarmante su conclusión.
El mismo refería que el consumo de carne procesada podría estar ligado al desarrollo de cáncer colorrectal, por lo cual clasificaron este alimento como “potencialmente cancerígeno”.
Inmediatamente, los titulares de la prensa advirtieron que la carne adquirida en el supermercado era dañina, y que se recomendaba tomar precauciones o buscar alternativas, lo cual, incluso, llevó a una crisis en el sector cárnico.
Esta crisis llevó a un menor consumo de carne en las primeras semanas desde su publicación y, según EFE, desde entonces el consumo de carne por familia ha disminuido un 15 por ciento en volumen, aunque en valor ha subido un ocho por ciento.
El pánico provocado por la publicación de este documento, así como la creciente crisis en el sector ganadero, llevó a la misma OMS a responder su propio artículo con una aclaración: el consumo de carne no es por sí mismo un generador de cáncer, sino que disminuir el consumo de carne procesada puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal.
En ese sentido, según la OMS, los factores que verdaderamente preocupan como potencialmente cancerígenos son la mala calidad del aire y hábitos como el tabaquismo.
Asimismo, a raíz de este documento se creó la plataforma Carne y Salud, dedicada a divulgar las cualidades nutricionales de las carnes, afirmar su valor en la alimentación y aumentar el conocimiento que de ellas poseen los consumidores.
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AM
