Cerrar las refinerías de Cadereyta y de Madero como lo propuso Xóchitl Gálvez de la Coalición Fuerza y Corazón por México (PAN-PRD-PRI) este sábado, no es viable si no se cuenta con un diagnóstico profundo que marque una hoja de ruta clara, de lo contrario “sólo sería una ocurrencia excesiva”, coincidieron analistas.
La candidata del bloque opositor señaló en un evento realizado desde Nuevo León que, para proteger la salud de más de seis millones de personas, las refinerías de Cadereyta y Tampico (Madero) cerrarán definitivamente en los primeros seis meses de su Gobierno, en caso de ganar las Elecciones 2024.
Aseguró que la refinería de Cadereyta está a tan sólo 40 kilómetros de la Zona Metropolitana de Monterrey y es la principal fuente de contaminación y causa de enfermedades respiratorias para 5.3 millones de habitantes de esta ciudad.
En entrevista con La Razón, Gonzalo Monroy, director de la consultora GMEC, mencionó que la medida necesita un profundo diagnóstico que marque una hoja de ruta sobre los objetivos finales de lo que se quiere hacer; de lo contrario se estaría perdiendo más dinero de lo que actualmente se pierde en las seis refinerás que concentra el Sistema Nacional de Refinación (SNR).
Detalló que el SNR actualmente pierde entre ocho mil y 10 mil millones de dólares en el segmento de la refinación, sumado a que las inversiones que ha realizado el Gobierno federal en cada una es insuficiente, ya que en complejos como el de Madero se necesitan alrededor de cuatro mil a cinco mil millones de dólares para funcionar al 80 por ciento.
Estas cifras son muy superiores al monto que Petróleos Mexicanos (Pemex) anunció el año pasado de 75 mil millones de dólares para rehabilitar el SNR.
Aún con ello, Monroy dijo que la propuesta es “un exceso hablar del cierre de la refinería de Cadereyta de una manera tan categórica como lo hizo ayer la aspirante Xóchitl Gálvez”.
Sostuvo que la idea no es mala, ya que si bien, es cierto que este complejo está perdiendo dinero, forma parte de un suministrador de materia prima de muchas industrias que están alrededor de la Zona Metropolitana de Monterrey, por lo que la decisión puede ser negativa.
Por su parte, Ramsés Pech, analista de Caraiva y Asociados, añadió que la medida traerá como consecuencia la necesidad de importar más combustibles, aumentando los costos para las finanzas del país, además de que deberá de haber más permisos para importar ante la falta de capacidad de Pemex.
Jorge Álvarez Máynez, candidato presidencial de Movimiento Ciudadano, también señaló en días pasados que de ganar la Presidencia cerraría la refinería de Tula, por los efectos que produce en la población capitalina y que se traducen en problemas de salud, así como en las recurrentes contingencias ambientales.