De cada 100 personas que tenían un empleo en México, 37 no contaban con los ingresos suficientes para alimentar a todos los miembros de su familia durante el cuarto trimestre del año pasado, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
En su Índice de Tendencia Laboral de la Pobreza por Intervalo de Salarios, explicó que pese a que hubo un ligero descenso de 0.3 por ciento con relación al trimestre anterior, el porcentaje de la población con ingreso laboral inferior al valor monetario de la la Canasta Básica Alimentaria (CBA) aún está lejos de la meta, que es de 20.5 por ciento.
A nivel nacional, 37.0 por ciento de los trabajadores se encontraba en pobreza laboral durante dicho periodo. En el ámbito rural, la población en esta condición fue de 50.1 por ciento; mientras que, en las zonas urbanas fue de 32.8 por ciento, es decir, fue 1.5 veces mayor en áreas rurales que en el ámbito urbano.
Por sexo, el Coneval señaló que el 39 por ciento de las mujeres trabajadoras no tenía la posibilidad de adquirir la canasta básica y 34.9 por ciento de la población masculina también presentaba esta dificultad laboral.
Asimismo, el ingreso laboral real per cápita a nivel nacional -que no contempla la inflación- fue de tres mil 139.61 pesos al mes en el cuarto trimestre de 2023; por su parte, en el ámbito rural fue de 1,867.74 pesos y en el urbano, de tres mil 548.76 pesos reales al mes, es decir, cerca del doble en comparación con el ámbito rural.
En este sentido, uno de los factores que contribuyen a la pobreza laboral es la inflación alimentaria que sigue al alza. De acuerdo con la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), tan solo entre marzo y abril del presente año, el precio promedio de la canasta alimentaria se ubicó en 1,810.26 pesos con una variación de 0.36 por ciento, al aumentar su precio en promedio 6.51 pesos.
País de desempleados. A la par,durante febrero, 32.4 millones de personas estaban en la informalidad laboral, es decir, 54.5 por ciento de la población ocupada se encontraba en esta condición, reveló el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en su más reciente Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
“La informalidad deja a la población desprotegida y genera un caldo de cultivo que fortalece las actividades de las pandillas de delincuentes que operan el mercado negro del país. Por donde se vea, la informalidad, al final del día, es un juego de perder-perder que impera en la realidad social actual de nuestro país, en donde el 54.5 por ciento de la población económicamente activa (32.4 millones de personas) se encuentran laborando dentro de la informalidad, lo que, si somos honestos, bien podría considerarse como vivir una suerte de desempleo”, aseguró Cuauhtémoc Rivera, presidente de la ANPEC.
