La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) es la entidad pública que vela por los consumidores, a través de la Revista del Consumidor es que publica diversos estudios en los que evalúa diversos productos, con lo que ofrece información para realizar compras inteligentes, pues no siempre lo más caro es lo mejor.
Fue en la edición de abril, que se hizo un análisis de 46 diferentes panes de caja, entre los que se destacan multigrano, multigrano con masa madre, integrales, integrales con masa madre, de trigo y centeno con masa madre, de trigo y centeno, con colorantes naturales, sin gluten, blanco con masa madre y blancos.
Las pruebas tuvieron que ver son el sistema de etiquetado frontal, marca comercial, denominación, contenido neto, Fecha de consumo preferente o caducidad, número de lote, razón social y domicilio del responsable del producto, declaración nutrimental en el producto preparado como se consume, ingredientes, ingredientes que causen hipersensibilidad, alergia o intolerancia, indicaciones de conservación y país de origen.
El pan que sí pasó las pruebas de Profeco
Se trata del Bimbo sin gluten con chía y linaza, mismo que cuenta con 430 gramos en el contenido neto y tiene un costo de 170 pesos. Se debe destacar que se trató del único que tuvo aprobación en cuanto a información al consumidor, pues los demás analizados tuvieron una “x” en este rubro.
Cómo se elabora un pan de caja
De acuerdo con Profeco, la elaboración de este tipo de producto que es ideal para hacer sándwich, comienza con pesar los ingredientes como lo son: harina, levadura, cereales, aceite, vinagre, azúcar, sal, agua, grasa y conservantes; después se descargan por unos tubos y se hace la masa Los tubos llegan directamente a unas amasadoras donde se mezclan hasta obtener una masa elástica y pegajosa y se vacía la masa en un contenedor Donde dos cuchillas la van cortando en trozos iguales. De cada uno de ellos se hará una hogaza.
Posteriormente los trozos de masa pasan a una cinta transportadora donde se enharinan; se moldean, se enrollan hasta que alcancen el tamaño exacto; después se fermentan para ello se colocan en moldes de cocción y entonces se llevan a la cámara de fermentación de la levadura donde reposarán para que “suba”.
En el paso siguiente se les espolvorea harina o cobertura de semillas; se hornea el pan, se tapan los moldes con los trozos de masa y se hornea el pan, así ya casi para finalizar, se refrigera y cuando el horneado termina se saca el pan de los moldes y se llevan a unas torres de refrigeración, donde se corta, se embolsa y se distribuye para su venta.