En su reunión de política monetaria del pasado 27 de junio, la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) decidió mantener la tasa de interés sin cambios, en 11 por ciento, debido a varios factores como la desaceleración en el mercado cambiario y la trayectoria de algunos de los componentes de la inflación general; no obstante los miembros coincidieron que “hacia delante, se prevé que el entorno inflacionario permita discutir ajustes en la tasa de referencia”.
En aquella decisión, cuatro de los miembros del banco central estuvieron a favor de mantener la tasa de interés sin recortes; no obstante el subgobernador Omar Mejía Castelazo voto por reducir en 25 puntos base el rédito del dinero para dejarlo en 10.75 por ciento.
De acuerdo con las minutas de la reunión, luego de que se evaluó el comportamiento de la inflación y de los factores que afectan su tendencia, uno de los integrantes del banco central comentó que fue una de las decisiones más complejas del ciclo monetario ya que se están experimentando dos choques en direcciones contrapuestas para la inflación.
Señaló que, por un lado, se está experimentando volatilidad asociada con factores idiosincráticos, mientras que, por otro lado, “ha ganado relevancia el riesgo de un relajamiento mayor a lo esperado de las condiciones de holgura, siendo este último el de mayor duración”.
Al analizar el entorno inflacionario, la mayoría de los subgobernadores mencionó que las expectativas de inflación general para el cierre de 2024 exhibieron un ajuste al alza y concordaron que tanto aquellas para el cierre de 2025, como las de mediano y largo plazo, se han mantenido estables.
De hecho, recordaron que la inflación general anual ha presentado una tendencia al alza, ya que se incrementó de 4.65 por ciento en abril a 4.78 por ciento en la primera quincena de junio.
Al respecto, uno de los miembros del banco central comentó que desde hace más de medio año la desinflación ha tenido un escaso progreso; mientras que otro de los integrantes señaló que, si bien en las últimas lecturas la inflación general ha continuado creciendo, diversas métricas apuntan a que esto obedece principalmente a un cambio de precios relativos y no a incrementos generalizados.
Entre las razones por las que ha seguido al alza, explicaron que uno de ellos se debió a un incremento en la inflación no subyacente, la cual pasó de 5.54 a 6.73 por ciento entre abril y la primera quincena de junio.
Todos puntualizaron que se han registrado incrementos sensibles en la inflación de bienes agropecuarios desde marzo y una tendencia alcista de los precios de los energéticos desde mediados de 2023. Sobre esto, uno de los subgobernadores apuntó que la inflación anual de los productos agropecuarios se incrementó de 7.35 a 8.99 por ciento en el mismo periodo, mientras que la inflación anual de los energéticos se elevó de 4.38 a 5.52 por ciento. Otro argumentó que la inflación no subyacente se mantiene creciendo por encima de su promedio histórico.
Algunos de los miembros del Banxico enfatizaron que la inflación no subyacente es muy volátil y suele experimentar choques de corta duración; asimismo, un subgobernador indicó que la política monetaria tiene poca incidencia sobre este componente y otro estimó que es necesario mantenerse alerta ante los incrementos que este componente ha exhibido desde mediados del año pasado.
Por otra parte, la mayoría de los integrantes de la Junta de Gobierno subrayaron que la inflación subyacente siguió disminuyendo al pasar de 4.37 a 4.17 por ciento entre abril y la primera quincena de junio; además, coincidieron en que su trayectoria descendente se explica principalmente por la reducción de la inflación de mercancías.
Todos los miembros del banco central hicieron referencia a que la de servicios continúa sin mostrar una clara tendencia a la baja. Algunos explicaron que la inflación de servicios continúa siendo afectada por presiones de costos y el rezago en su traspaso a los consumidores.
Uno de ellos mencionó que su comportamiento está influido por condiciones internas como la resiliencia del consumo privado, las expectativas de incrementos salariales significativos para 2025, el mercado laboral apretado y el crecimiento elevado de la masa salarial, no obstante su relativa estabilidad.
Otro de los miembros del Banco de México añadió que la inflación de servicios comienza a mostrar señales de moderación en algunos rubros y diversas métricas apuntan hacia un mejor comportamiento. Sin embargo, algunos señalaron que la inflación de servicios se mantiene por encima del 5 por ciento y acerca de su nivel, uno precisó que ésta muestra presiones generalizadas en todos sus rubros y, en algunos de estos, exhibe tasas de inflación del doble de la meta.
Otro de los factores que revisaron fue el consumo privado, el cual afirmaron que ha mantenido su fortaleza, esto debido al dinamismo presentado en el consumo de bienes importados. No obstante, uno de los integrantes de la Junta de Gobierno resaltó que deben tomarse en cuenta los riesgos de la reciente depreciación cambiaria y sus efectos en la capacidad de consumo por remesas.
Además, uno de los subgobernadores puntualizó que la inflación de mercancías tiende a verse afectada de manera más evidente por la cotización de la moneda nacional, en este sentido otro de los miembros abundó que el impacto de la depreciación sobre el precio de las mercancías se reflejaría con cierto rezago y el grado con el que se traspase dependerá de la temporalidad del ajuste cambiario y el comportamiento de otros determinantes inflacionarios.
Ante esto, la mayoría de encargados de la política monetaria destacaron que, aunque la depreciación del peso frente al dólar influye en el alza en el pronóstico de inflación, sus efectos se ven en gran medida contrarrestados por los correspondientes a la mayor debilidad de la actividad económica.
Y es que durante su análisis también llegaron a la conclusión que a principios del segundo trimestre del año prevaleció la debilidad en la actividad productiva e incluso en abril el Indicador Global de Actividad Económica (IGAE) exhibió una contracción.
Gran parte de los miembros del Banxico afirmaron que las lecturas recientes han mostrado un menor dinamismo al previsto y que esto, sumado al indicador oportuno del mes de mayo, sugiere que la desaceleración económica se ha extendido, contrario a lo que se había anticipado.
Al respecto, uno de los subgobernadores advirtió que diversos indicadores sobre la producción, la demanda y el empleo muestran señales mixtas, las cuales, aunadas a la mayor incertidumbre asociada con la transición política, dificultan anticipar el desempeño de la economía para este año y el siguiente.
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