El mundo del emprendimiento social está lleno de personas que han dedicado sus vidas a generar un impacto positivo en la sociedad. Este es el caso de Manel Modelo, una figura destacada en este ámbito cuyo viaje para cambiar el mundo comenzó en España a la temprana edad de 15 años, impulsado por su amor por la lectura y su profundo sentido de justicia social. Manel creció con la firme convicción de transformar la realidad de las personas a través de caminos de justicia y bondad, lo cual lo llevó a fundar Tothom, que significa "Todo el mundo" en Catalán. Su visión era que todos deberían contribuir al bien común dedicando unas horas a la semana a actividades de voluntariado.
Tothom se convirtió en un puente entre los voluntarios y las organizaciones necesitadas, abarcando una amplia gama de sectores sociales y ofreciendo oportunidades de contribución que se adaptaban tanto a los intereses como al tiempo disponible de cada individuo. Esto consolidó a Tothom como un motor de cambio social en su comunidad, fortaleciendo el movimiento asociativo y contribuyendo al desarrollo y bienestar comunitario.
El viaje de Manel como voluntario por América Latina marcó un nuevo capítulo en su vida después de dejar una huella significativa en España. En Guatemala, se enfrentó a una realidad impactante: más de 123 millones de personas vivían en la región, donde el empleo rural sostenía a una de cada cinco personas en estas áreas. Esta experiencia fue un punto de inflexión para Manel, quien se conmovió profundamente al descubrir las altas tasas de pobreza extrema, tres veces mayores que en las áreas urbanas respectivamente. Esto lo llevó a reflexionar sobre su propio papel y su potencial para generar un impacto positivo en la lucha contra la pobreza y la desigualdad en América Latina.
La clave para impulsar este cambio fue el comercio justo, una propuesta para que los pequeños productores no dependieran de la caridad, sino que recibieran un precio justo por su trabajo, garantizándoles un ingreso digno para cubrir sus necesidades básicas y permitiéndoles organizarse mejor. Sin embargo, la devastadora plaga que afectó el 70 por ciento de los cultivos de café en México en 2012 marcó un punto crítico para Manel. Los productores se encontraron repentinamente sin plantaciones ni medios de subsistencia económica.
En medio de esta crisis, surgió la iniciativa Impacto Café, que representaba una oportunidad real para empoderar a los más desfavorecidos mediante nuevas relaciones comerciales basadas en la solidaridad y la justicia social y económica. Los pequeños productores podrían convertirse en agentes activos de su propio desarrollo, fortaleciendo su posición en la cadena de valor y promoviendo un cambio significativo en sus comunidades. Impacto Café nació con esta idea y hoy se ha convertido en el modelo Sinapsis, donde coordinan y sincronizan tres servicios en un entorno de desarrollo abierto para cualquier productor y cooperativa.
Para Manel, ser un agente de cambio implica reconocer su papel dentro de un tejido colectivo y adoptar una visión sistémica para garantizar un cambio sostenible. Su vida y trabajo son testimonios de su compromiso con la justicia social y su capacidad para inspirar a otros a unirse a la causa. Su legado será otra pieza de un mosaico compartido, un recordatorio de que cada individuo puede marcar la diferencia en el mundo. Su viaje, desde un joven entusiasta hasta un líder en emprendimiento social y justicia, es un testimonio del poder transformador de la pasión y el compromiso.
Contemos más historias que inspiran. #YoCreoUnMéxicoMejor
Fuente: A Favor de lo Mejor
Con información de Ashoka
Contacto: manelmodelo@impactocafe.org
