“Usan estrategias para distraer sobre su responsabilidad”

Transnacionales de carnes y lácteos evaden acciones climáticas, acusan

Fundación Changing Markets señala que 22 grandes empresas influyen en políticas para minimizar impacto en el planeta; ganadería es cuarta fuente de contaminantes en México

Transnacionales de carnes y lácteos evaden acciones climáticas, acusan
Transnacionales de carnes y lácteos evaden acciones climáticas, acusan Foto: Especial

Grandes empresas de la industria de lácteos y carnes como Danone, Nestlé o Tyson Foods, se valen de estrategias para distraer, demorar y descarrilar acciones contra el cambio climático tanto en México como a nivel mundial, pues producen grandes cantidades de emisiones de gas metano, pese al daño que genera en el planeta, pero se hacen pasar como que están preocupadas por el medio ambiente, alertó un estudio de la Fundación Changing Markets.

“Los sistemas alimentarios son responsables de alrededor de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero, de las cuales 60 por ciento provienen de la ganadería que, a su vez, es la fuente más importante de emisiones de metano generadas por el ser humano”, destaca.

De acuerdo con la investigación que elaboró la Fundación sobre 22 empresas transnacionales del sector cárnico y lácteo, de las que la mitad tienen presencia en México, estas compañías “han logrado influir en las políticas, minimizando su impacto climático al falsear la ciencia sobre las emisiones de metano y promoviendo sus propias soluciones tecnológicas voluntarias”.

En su informe “Los Nuevos Mercaderes de la duda. El manual corporativo de la industria ganadera y de productos lácteos para demorar, distraer y descarrilar la acción climática”, señala que las 22 transnacionales se han valido de tres tipos de estrategias para evitar que se reduzca el consumo de carne o productos lácteos, así como de la emisión de gases metanos.

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Gráfico ı Foto: larazondemexico

Entre las acciones para “distraer”, las grandes compañías recurren a tácticas comerciales de falseo de gestión ambiental, el llamado greenwashing —una forma de márketing para hacer creer que se tiene compromiso con el cuidado del medioambiente—, con las que mediante el uso de redes sociales y la contratación de influencers hacer creer a los consumidores que sus productos son amigables con el planeta y saludables.

Asimismo, hacen campañas en redes sociales en contra de las dietas veganas y de las proteínas alternativas haciéndolas pasar por alimentos ultraprocesados. Además, aunque 15 de las transnacionales han adoptado algún tipo de objetivo climático, ninguna cumple con los estándares de cumplimiento establecidos por la ONU.

Por el contrario, las corporaciones prefieren invertir en investigaciones científicas que concuerden con sus intenciones y ayuden a restarle importancia al impacto que el sector tiene sobre el clima.

Así terminan empleando la otra estrategia, la de “demorar”, pues las corporaciones solicitan a los gobiernos que retrasen cualquier legislación que no les favorezca al alegar que ya están tomando acciones y para que sea más creíble invierten bastantes recursos en publicidad en lugar de invertir en investigación y desarrollo para reducir su consumo de carbono.

De hecho, el estudio destaca que Fonterra, Nestlé y Arla son las corporaciones que más gastan en publicidad; mientras que JBS (Pilgrim’s) es la única que declara que gasta 20 millones de dólares para iniciativas dedicadas a alcanzar el objetivo Net Zero.

Por otra parte, la tercera táctica que utilizan las empresas cárnicas y lácteas es la de “descarrilar”, con la que gastan millones en donaciones políticas para que la legislación no las castigue por no mitigar las emisiones de metano.

“La Unión Europea y Estados Unidos son ejemplos importantes de cómo la influencia política ejercida por las grandes corporaciones agrícolas, ganaderas y de productos lácteos, junto con sus grupos de comercio, han conseguido que el sector fije su propia legislación, logrando que a las emisiones agrícolas no se les aplique la legislación, o sea, perpetuando la política de las recompensas sin castigo”, señala.

SITUACIÓN EN MÉXICO. Cabe destacar que en México operan la mitad de estas transnacionales y, de acuerdo con la fundación, la situación no es tan diferente en nuestro país, pues el Consejo Mexicano de la Carne afirma que “las emisiones del ganado no son tan grandes como lo aparentan” y éste elemento es parte de un ciclo, a diferencia del metano proveniente de combustibles fósiles.

Sin embargo, la ganadería es la cuarta fuente de emisión de gases de efecto invernadero en México y a nivel mundial ocupamos el noveno lugar entre los países que más gases emiten. Además, 96 por ciento de las emisiones de metano en el sector agrícola provino de la fermentación entérica, que según explica la organización, es un proceso digestivo de animales rumiantes, como vacas y cabras.

“La mitad de las compañías que analizamos operan en México y utilizan tácticas muy similares a las que vimos en otros países. Es importante que el nuevo gobierno de México no caiga en las mismas trampas de estas empresas transnacionales y muestre liderazgo en el recorte de emisiones de metano con políticas a nivel nacional, pero que éstas trasciendan en plataformas internacionales”, dijo Alma Castrejon-Davila, gerente de Campañas de la Fundación Changing Markets.