A pesar de la incertidumbre y de las incógnitas que dejan la probable aprobación de las reformas impulsadas por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, el entorno no es necesariamente negativo, ya que el siguiente Gobierno se enfrentará todavía a algunos contrapesos externos, en particular, las agencias calificadoras, además de que la revisión del Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) se realizará en dos años, señaló Alejandro Saldaña Brito, economista en jefe de Grupo Financiero Bx+.
El analista señaló que las propuestas de reforma que se enviaron al Congreso, podrían significar alguna modificación al marco institucional del país, afectando el balance de los tres poderes, por una mayor concentración del Poder Ejecutivo. Esto, sostuvo, podría tener algún impacto sobre las finanzas públicas del país, generando una mayor rigidez.
Ante ese panorama, el próximo gobierno, debe procurar que exista una estabilidad macroeconómica, sobre todo darle seguimiento a la cuestión fiscal, pues fue uno de los ejes principales del actual gobierno, entonces seguirá siendo un eje importante para la próxima administración.
El analista de Bx+ aseguró que, aunque la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) reduzca el déficit fiscal a 3.0 por ciento en 2025, tendrá retos importantes pues actualmente tienen un estimado de que el déficit fiscal se incrementará a 6.0 por ciento, por el empuje que se dio para que se concluyeran las obras prioritarias del Gobierno federal.
“Dice Hacienda que una vez que se haya disipado el efecto del gasto de las obras de gobierno, conforme las tasas de interés también bajen, se va a permitir que haya un menor déficit; sin embargo, es poco probable que se llegue a esa meta del 3.0 por ciento, ya que las finanzas públicas se han hecho más rígidas”, aseguró.
El experto explicó que las finanzas serán rígidas en gran medida, porque las tasas de interés no bajarán rápido, aunado a que la inflación se está acelerando; si los programas sociales se elevan a rango constitucional y dado el crecimiento demográfico, el gasto del Gobierno federal también tendrá una carga importante. Además, Petróleos Mexicanos (Pemex) seguirá siendo respaldad, lo que generará que no se alcance el objetivo de 3.0 por ciento propuesto por la SHCP.
De igual forma refirió que una buena señal y que generaría certidumbre es la programación de nuevos proyectos relacionados con la transición energética; asimismo, consideró que otra señal positiva que puede impulsar el próximo gobierno es ajustar el modelo de negocios de Pemex, pues se debe de darle “la vuelta a esos números rojos que ha presentado la empresa estatal”; además de que señaló que “es importante que se considere aumentar la inversión en exploración y producción, que es el negocio rentable de la compañía y no tanto en el tema de refinación”; además que consideró que se debería de buscar trabajar con la Iniciativa Privada para disminuir el riesgo y llegar a campos que la petrolera no ha explorado, como lo es el tema de aguas profundas.
Para Saldaña, el hecho de que se alcance la meta objetiva de 3.0 por ciento será difícil; sin embargo, estimó que podría decrecer a 4.0 por ciento, cifra que tampoco sería negativa, pues las calificadoras pronosticaron que llegar a la meta dispuesta por la SHCP es complicada.
Sin embargo, el analista consideró que las acciones que realice la dependencia federal para reducir el porcentaje será un esfuerzo bien visto, pero se debe esperar a que se presente el Paquete Económico el próximo año para determinar si hay un compromiso del Gobierno federal con la estabilidad fiscal.
De la misma manera, el grupo financiero señaló que pese al panorama de desaceleración que presentará el PIB para 2024 y 2025 de 1.9 por ciento y de 2.0 por ciento para 2026, lo que seguirá contribuyendo al crecimiento de la economía mexicana será la Inversión Extranjera Directa (IED), “pues hay interés por invertir en el país” con el fin del nearshoring o la relocalización de las cadenas de valor y suministro.
Para el tipo de cambio determinó que, de existir incertidumbre, y ante eventos como las elecciones estadounidenses; además del temor de una recesión económica en Estados Unidos y que el Banco de Japón aumentó sus tasas de interés, desfavoreció el carry trade e hizo menos atractivo el peso mexicano, todo esto ha ocasionado volatilidad en la divisa nacional, por lo que consideró que el tipo de cambio puede ubicarse entre los 18.50 y 18.80 para los próximos meses, argumentó que el pronóstico no ha cambiado, pero sí advirtieron mayor volatilidad.
Baja estimación. Por su parte, Citibanamex, en su encuesta de expectativas, destacó que la próxima reducción de la tasa de interés por parte del Banco de México será de 25 puntos base; sin embargo, 23 participantes estimaron que serán en septiembre, y los 12 restantes para el último bimestre del año. Sobre Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) de la primera quincena de agosto, el consenso pronosticó que creció 0.13 por ciento, para situarse en 5.3 por ciento anual.