Tras la reducción a la tasa de interés por parte del Banco de México de 11 a 10.75 por ciento, se dieron a conocer las minutas del banco central, en las que se reveló que dos integrantes de la Junta de Gobierno no estuvieron de acuerdo, porque de hacerlo podría afectar la credibilidad del Banxico.
La subgobernadora Irene Espinosa externó que reducir la tasa de interés con un panorama inflacionario que se mantenía en crecimiento afectaba la credibilidad y esa decisión no debía apresurarse; además recomendó “mantener cautela y favorecer un enfoque de administración de riesgos”.
Mencionó que la inflación se incrementó en julio y se alejó de la meta de 3.0 por ciento; mientras que la subyacente disminuye, pero lentamente y sobre la no subyacente los datos elevados persisten y siguen por encima de la previsión que realizó el Banxico y “no muestran signos de inflexión y el balance de riesgos se mantiene sesgado al alza”.
Asimismo, advirtió que la volatilidad cambiaria podría ser cambiante y provocaría que la inflación no disminuyera, a pesar de la desaceleración de la actividad económica en México.
Por su parte, Jonathan Heath determinó que con los datos que se tenían sobre la inflación y las expectativas en el mediano plazo, no había argumento que apoyara la decisión de reducir la tasa de interés. “El régimen de política monetaria que adoptamos tiempo atrás buscó eliminar la dominancia fiscal y enfocar nuestros esfuerzos prioritariamente en la estabilidad de precios”, indicó.
Y argumentó que cambiar la postura de política monetaria, con el déficit fiscal elevado y la debilidad de la actividad económica, podría ser “prematuro” y resta credibilidad al Banxico, contemplando que la inflación general se ubicó en 5.6 por ciento; la subyacente, en 4.0 por ciento y las encuestas la ubican en el mismo porcentaje para finales del 2024 y en 3.8 para 2025.
