Factores como la menor inversión a causa de la incertidumbre por la reforma judicial, la debilidad en la actividad manufacturera y la postura monetaria restrictiva han provocado una fuerte desaceleración de la economía mexicana, la cual BBVA México estima que crecerá apenas 1.2 por ciento este año, desde 2.5 por ciento previsto anteriormente.
Para el primer año de Gobierno de Claudia Sheinbaum, la institución también prevé que el crecimiento sea de sólo 1.0 por ciento, muy lejano al 2.4 por ciento pronosticado previamente, pero incluso la expansión del PIB en 2025 puede llegar a ser menor si no se otorga certidumbre a los inversionistas.
“El año que viene el crecimiento será de 1.0 por ciento siempre y cuando se logre mitigar la incertidumbre que ha generado la reforma del sistema judicial, porque si no se logra mitigar a través de cambios en leyes secundarias y de mensajes positivos, pues creemos que incluso el crecimiento puede ser menor a 1.0 por ciento”, destacó Carlos Serrano, economista jefe de BBVA México.
La expectativa del banco es incluso menor a la de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y los analistas del sector privado consultados por el Banco de México (Banxico), quienes a finales de septiembre estimaron una expansión económica de 1.4 y 1.45 por ciento en 2024, y de 1.2 y 1.28 por ciento en 2025, respectivamente.
Para BBVA, la desaceleración de la economía del país es clara y se debe a tres razones fundamentales: “Primera, inversión tanto porque está habiendo menos recursos para los proyectos insignia, tanto como porque creemos que están empezando a haber cierta debilidad en la inversión privada, derivada de la incertidumbre que ha traído la reforma judicial; segundo, la economía se desacelera porque la manufactura se está desacelerando, porque se desacelera la manufactura en Estados Unidos y tercero, porque tenemos en México una postura monetaria sumamente restrictiva y de las más restrictivas en todo el mundo”, señaló.
Adicionalmente, la menor demanda interna, en la generación de empleo y la desaceleración del consumo privado también influyen en el debilitamiento del PIB.
Durante la presentación del informe “Situación México”, Carlos Serrano detalló que el consumo privado liga tres meses de contracciones consecutivas; además, hay una reducción en la creación de empleo, esto, pese a que la tasa de desempleo en México está por debajo de la media histórica de 2.7 por ciento, pero dicho nivel se debe a que el sector informal absorbe las pérdidas de empleos formales.
A su vez, la inversión fija se está diluyendo como consecuencia de un estancamiento en la construcción tras la conclusión de los proyectos insignia del expresidente Andrés Manuel López Obrador; lo anterior se puede notar porque en 2023 la inversión creció 13.9 por ciento y este año sólo a 1.6 por ciento.
En cuanto a la inflación, Iván Fernández, economista de BBVA, estimó que la tasa inflacionaria cerrará en 4.8 por ciento este año y para el próximo esperan un regreso sostenido al objetivo del 3.0 por ciento del Banxico.
Resaltó que con las perspectivas de crecimiento empeorando y la inflación mejorando, existe amplio margen para que el Banxico normalice la postura monetaria en México, que es excesivamente restrictiva a diferencia de otros países emergentes de la OCDE, por lo que prevén que la tasa de referencia termine en 10 por ciento este año y para 2025 continúe la racha de bajadas sin pausa hasta llegar a 7.50 por ciento.
Déficit. Por otra parte, Carlos Serrano remarcó que el gran reto del Gobierno es la consolidación fiscal, pues de no lograrse existe un riesgo a la baja para el crecimiento y una elevada probabilidad de que al final del sexenio el país pierda su grado de inversión.
Explicó que para mantener estable la deuda, que se proyecta cierre en 50.8 por ciento del PIB este año, no sólo es necesario bajar el déficit a niveles de 3.0 por ciento, sino que se requiere que la reducción sea cercana al 2.0 por ciento y para ello hay que hacer una revisión al marco fiscal del país y cambiar el modelo de negocio de Pemex.
“Si no se logra una consolidación fiscal en el mediano plazo... Pues hacia el final de la administración, la deuda podría estar llegando a niveles cercanos a 60 por ciento del PIB y ahí sí hay un riesgo importante de que se pueda perder el grado de inversión”, agregó.
Peso se aprecia, tras repunte de petroprecios
El peso terminó apreciándose frente al dólar 0.26 por ciento respecto al cierre previo y con el tipo de cambio cotizando en 19.3662 pesos por dólar, de acuerdo con datos de Banco Base.
Parte de la apreciación de la moneda mexicana se debió al incremento de los precios del petróleo como resultado de las tensiones en Medio Oriente tras los ataques con misiles balísticos de Irán a Israel. Ante esto, ayer, el West Texas Intermediate (WTI) cerró la sesión cotizando en 73.78 dólares por barril, que representa una ganancia de 5.25 por ciento y tocando un máximo de 74.09 dólares, según Banco Base.
“Hacia el overnight, esperaríamos que el peso oscile en un rango entre 19.28 y 19.46 pesos por dólar, considerando la tendencia actual y esperando cifras clave de empleo en México y Estados Unidos mañana”, señaló Monex en una nota de análisis.
Contrario al peso, el índice bursátil S&P/BMV IPC perdió 1.01 por ciento para ubicarse en 51,674.54 puntos, siendo arrastrado por una ola global de aversión al riesgo debido al conflicto de Medio Oriente.
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LMCT