Las presiones por la fuerte relación comercial que México mantiene con China han provocado que no sólo Estados Unidos esté inconforme y plantee sanciones contra la nación, sino que ahora, funcionarios de Canadá secundan la voz del vecino del norte y lanzan un ultimátum para que el país corte los lazos con el país asiático o, de lo contrario, será expulsado el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
A través de redes sociales, Doug Ford, primer ministro de Ontario, la ciudad más grande de Canadá, aseguró que si México no corta la relación que tiene con el país asiático, lo mejor es que sea excluido del acuerdo comercial.
El tratado comercial, sostuvo el funcionario canadiense, que será revisado en 2026, debe alinearse a los intereses comerciales de la región de Norteamérica y, además, debe frenar las importaciones de China en sectores estratégicos como el automotriz.
Mediante su cuenta de Twitter, aseguró que mínimamente México tendría que imponer los mismos aranceles que Estados Unidos y Canadá han aplicado a las importaciones chinas o “no deberían tener un lugar en la mesa ni disfrutar del acceso a la economía más grande del mundo”.
Señaló que el libre comercio debe ser justo, pero “México se ha convertido en una puerta trasera para que los automóviles, las piezas de automóviles y otros productos chinos ingresen a los mercados canadienses y estadounidenses, poniendo en riesgo los medios de vida de los trabajadores canadienses y estadounidenses, socavando a nuestras comunidades y causando un daño enorme a nuestro éxito económico compartido”.
El primer ministro de Ontario, la sede de la industria automotriz canadiense, advirtió que lo ideal sería priorizar una relación económica más estrecha entre Estados Unidos y Canadá.
“En cambio, debemos priorizar la asociación económica más estrecha del planeta negociando directamente un acuerdo de libre comercio bilateral entre Estados Unidos y Canadá que dé prioridad a los trabajadores estadounidenses y canadienses”, planteó.
Hay que recordar que en agosto pasado el gobierno canadiense, a cargo de Justin Trudeau, anunció que aplicaría un arancel de 100 por ciento a los autos eléctricos chinos y otro de 25 por ciento al acero y el aluminio provenientes
de China.
Este comentario realizado por el funcionario canadiense llega después de la victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, quien, además, ha amagado a México con someter a revisión el Tratado Comercial entre los tres países norteamericanos.
Ford señaló que, si México quiere un acuerdo comercial bilateral con Canadá “que Dios lo bendiga, pero no voy a dejarme arrastrar por esas importaciones baratas que quitan el trabajo duro en Ontario”.
Más tarde, Justin Trudeau, primer ministro canadiense, respaldó las declaraciones del funcionario ontariense, al asegurar que todo el mundo está preocupado por el exceso de capacidad china, pero más aún por las prácticas comerciales desleales que el país asiático está infligiendo al mundo.
“Continuaremos trabajando con socios como Estados Unidos, y esperamos que México también, para asegurarnos de que estamos unidos en nuestro deseo de proteger los buenos empleos que son más responsables con el medio ambiente de lo que son en China, más responsables en torno a las prácticas laborales y el apoyo a las familias de manera significativa”, añadió.
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