El Gobierno de México se propuso reducir 3.6 por ciento, en términos reales, el gasto total para 2025, y podría ser una buena señal para los mercados financieros como para la calificación soberana de México; no obstante, quizá no sea suficiente para reducir el déficit público, además, se enfocará en “privilegiar objetivos políticos” como proyectos de rentabilidad no comprobable y “programas de transferencias”, lo que podría ocasionar mayor deuda pública, señaló el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) en un comunicado.
“Evidentemente por la mayoría de Morena, se puede apreciar que los objetivos serán los mismos que en el pasado gobierno: privilegiar objetivos políticos mediante proyectos cuya rentabilidad no es comprobable y programas de transferencias carentes de incentivos para la movilidad social y del objetivo de romper los ciclos de preservación de la pobreza de los segmentos sociales más necesitados”, acotó.
El organismo refirió que se podrían ocasionar “desequilibrios” por la asignación de recursos, y afectar a los sectores que sí son relevantes para el bienestar de las familias, a la inversión y al desarrollo económico del país.
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De acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) aprobado, 35 ramos de la administración pública tuvieron recortes en la comparación con el presupuesto de 2024; pero los rubros que sí tuvieron un aumento de presupuesto fueron los proyectos y programas prioritarios de la actual administración.
El presupuesto para desarrollo agrario, territorial y urbano aumentó 183 por ciento; 65.1 por ciento incrementó el gasto para la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), con las obras ferroviarias; no obstante, el monto asignado a Salud se redujo 34 por ciento; seguridad cayó 36.2 por ciento o medio ambiente y recursos naturales decreció 34 por ciento, indicó el CEESP.
