Verónica fue una víctima más de los montadeudas, ante la falta de empleo y sin tener un ingreso fijo hace una semana solicitó un préstamo en una app para solventar un “compromiso económico”, el dinero se lo transfirieron, pero con un vencimiento de pago de siete días, hace dos días la llamaron para que pagara o enviarían sus “fotografías pornográficas” y avisarían a sus contactos para decirles que es una persona “fraudulenta”.
“Se nos hace fácil, dicen que te cobran en siete días, pero dos días antes del vencimiento comienzan a hostigarte y si no pagas amenazan con que subirán tus fotos pornográficas y ponen que te alquilas... además, que van a venir y que te van a golpear, a quemar la casa y ese tipo de cosas muy agresivas”, dijo en entrevista con La Razón.
Las mujeres que se encuentran más familiarizadas con el entorno digital son más vulnerables a caer en aplicaciones que prestan dinero; y si no tienen forma de comprobar ingresos o de tener un aval, es imposible que obtengan un préstamo en la banca formal y “ven en estas alternativas una opción sencilla, sin saber que lo que está detrás es un mecanismo delincuencial que puede generarles un problema mucho mayor”, mencionó María Elena Esparza Guevara, consejera honoraria en género, del Consejo Ciudadano de la CDMX.
En ese sentido, Verónica sostuvo que ha intentado solicitar un crédito bancario, pero al no tener cómo comprobar ingresos fue imposible continuar con el proceso.
Ante ello, recurrió a estas aplicaciones; sin embargo, hasta ayer tenía de plazo para solventar el pago requerido; sin embargo, es posible que tarde dos o tres días más. Eso significará que por cada día de atraso le cobren entre 300 y 500 pesos adicionales.
Datos del Consejo Ciudadano CDMX, 61 por ciento de las víctimas son mujeres; del total de reportes que ha recibido, 40.4 por ciento tienen entre 31 y 45 años; 38 por ciento de 18 a 30 años; 19.3 por ciento, de 46 a 60 años, y 5.7 por ciento, en personas mayores de 60 años.
Para la consejera honoraria, que ahora se tengan más cifras sobre este tipo de casos, “no necesariamente es que haya más víctimas, sino que también se sabe más y existe un lugar al cual se puede reportar”.
Otra víctima fue Araceli, quien hace un año solicitó tres préstamos en aplicaciones móviles y, al igual que Verónica, empezó a recibir amenazas dos días antes de la fecha de pago, ante el hostigamiento y el miedo de que sus familiares y amigos fueran molestados decidió pagar cada semana la extorsión y de un préstamo de mil pesos, pagó entre 6 mil y 7 mil pesos. El estrés financiero le ocasionó que su diabetes mellitus se exacerbara.
Las amenazas y el hostigamiento pararon cuando decidió denunciar ante la Policía Cibernética de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX la cual le recomendó cambiar su número telefónico y le aseguró que más adelante le informarían cómo iba su caso; sin embargo, hasta la fecha no ha tenido noticias.
Araceli afirmó a este diario que su deuda aumentó porque, aunque ella depositaba el monto que se requería, le llamaban para decirle que se había equivocado de número de cuenta, le proporcionaban otro y tres días después la misma historia.
“Yo las adquirí por una cuestión económica, se me hizo fácil, pero levanté un acta, les comenté que estas personas decían que no les pagaba y aunque ya hubiera pagado, me salían con que todavía no, me amedrentaban diciendo ‘esta mujer se vende’, cosas muy fuertes”, lamentó.