Pese a que en 2024, hay una estimación de un crecimiento en la producción de carne, también se ha observado que hay una necesidad de importar carne de cerdo y pollo para abastecer el mercado nacional, debido a que en México, no se ha fortalecido la cadena de producción de ambos.
Cifras destacan que se espera que al cierre del conteo total de 2024, haya un crecimiento de 1.7 por ciento, en la producción de carne; es decir, de alrededor de 25.5 millones de toneladas, señaló el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA); no obstante, para el Consejo Mexicano de la Carne (ComeCarne), a pesar de que la producción de cárnicos tuvo un avance a tasa anual, aún se deben buscar incentivos para que la integración de la cadena productiva se fortalezca.
México sólo es autosuficiente en 78 por ciento del total de cárnicos, “en res, somos autosuficientes, tenemos el 100 por ciento; en el caso de cerdo, es donde tenemos el mayor déficit que es de 42 por ciento, tenemos casi que importar la mitad de lo que los mexicanos consumen y del pollo, 20 por ciento”, señaló a La Razón Macarena Hernández, directora general del ComeCarne.
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De acuerdo con datos del consejo, entre enero y octubre del año pasado, se produjeron 6 millones 723 mil 739 toneladas de carne de diversos tipos, pero la población mexicana consumió 8 millones 436 mil 221 toneladas, es decir, se tuvo que importar alrededor del 20 por ciento de cárnicos para cubrir ese déficit.
“El volumen de las importaciones contribuyó a solventar la cobertura de la demanda cárnica nacional. Para satisfacer la demanda interna se importaron 2 millones 470 mil toneladas, que excedieron en 176 mil a las de igual periodo del año previo”, sostuvo.
Macarena Hernández añadió que el consumo interno tuvo un incremento de 4.5 por ciento, frente a 2023, impulsado por el fortalecimiento de la economía familiar en los hogares mexicanos, la llegada de remesas, el incremento al salario mínimo y que los índices de desocupación son menores, “o sea la gente está trabajando más, entonces, está consumiendo más”; además, la carne de cerdo y res reflejaron aumentos en su consumo.
Asimismo, previó que para el término de 2024, se haya tenido una producción de 8 millones 177 mil 688 toneladas de carne, y el consumo sea de 10 millones 724 mil 161 toneladas, es decir, una diferencia de 2 millones 546 mil 443 toneladas de carne.
En ese sentido, señaló que, de todas las especies se tiene que comprar carne, y “tenemos que abastecernos también de materias primas para la transformación y que se le dé valor agregado aquí en México para hacer otros productos”, y para que así suceda, el sector tiene un “gran reto” por resolver y es que la cadena productiva porcícola genere más, y también, se incremente el valor agregado.
La directora general del ComeCarne reconoció que en el país hay empresas competitivas a nivel internacional, y que exportan a países asiáticos como Japón y Corea, pero las pequeñas y medianas empresas, “requieren, obviamente, de apoyos, para mejorar y ser abastecedores del producto nacional”; además, la industria de carnes embutidas, donde México puede dar el valor agregado, también requiere de esos incentivos, “hay algunos retos que vemos a corto plazo y uno de ésos, es el tema del desarrollo de la proveeduría nacional”.
Por su parte, el GCMA, refirió que las importaciones de carne de res crecieron 32.2 por ciento y su valor 31.7 por ciento; de carne de cerdo subió 8.7 por ciento y en valor, 14.3 por ciento y las avícolas 0.3 por ciento, y 19.6 por ciento en su valor, con un déficit comercial de 3 mil 785.9 millones de dólares, entre enero y noviembre.
Además, destacó que Brasil ha ganado terreno como uno de los vendedores de carne de res en México, y en el sector porcino se ha consolidado “la dependencia de proveedores como Brasil y Chile”, y por eso se debe fortalecer la producción nacional y “equilibrar el comercio exterior”.
Al respecto, Macarena Hernández dijo que alrededor del 80 por ciento de las importaciones mexicanas provienen de Estados Unidos, pero que tener otras fuentes de abasto hace que se vea un equilibrio de los precios.
“Casi el 80 por ciento lo cubrimos con el mercado estadounidense, tener otras opciones de abasto, y que se aperturen opciones de otros países competitivos, como es el caso de Brasil, que jugó un lugar importante en nuestras importaciones, y que ha ido creciendo, obviamente no en el volumen con Estados Unidos, ni tampoco se piensa que se vaya a sustituir, pero siempre que tienes otro competidor, empiezas a ver un mejor equilibrio de los precios”.
