Ante la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y la amenaza de realizar deportaciones masivas de migrantes, especialmente, mexicanos; analistas consultados por La Razón consideraron que ese tipo de medidas no podrán ser implementadas a largo plazo porque podrían ocasionarse choques a la economía del país vecino; en tanto, el flujo de remesas que llegan a México tendrá afectaciones, pero de manera acotada.
Alejandro Padilla, director general adjunto de Análisis Económico y Financiero de Banorte, señaló que si bien, se prevé un impacto en el envío de remesas por parte de los connacionales, no será tan profundo.
Los datos son claros, antes de que Trump ganara la elección de 2016, las remesas que ingresaban a México crecían 3.3 por ciento en términos reales, mientras que, durante su mandato, se incrementaron 10.7 por ciento, “y después de Trump, las remesas siguieron creciendo en promedio del orden del 12 por ciento anual”, agregó.
Prueba de ello es que, en el último año de Barack Obama; es decir, en 2016, el ingreso de remesas a México, de acuerdo con el Banco de México (Banxico) se ubicó en 27 mil 631.1438 millones de dólares; luego, en el primer año del mandato de Donald Trump, en 2017, las remesas alcanzaron los 30 mil 942.9141 millones de dólares; es decir, registraron un crecimiento de 11.98 por ciento.
Este comportamiento fue contrario al que se registró en el segundo periodo de Barack Obama, ya que, al cierre de su primera administración, en 2012, las remesas que se enviaron a México alcanzaron los 23 mil 286.27 millones de dólares, mientras que, en su primer año de su segundo mandato, los envíos alcanzaron los 23 mil 090.03 millones de dólares, lo que significó una caída de 0.84 por ciento.
Fue a partir de 2014, según el Banxico, que los envíos de dólares a México empezaron a repuntar y posteriormente, en la administración de Joe Biden, en 2021, las remesas alcanzaron otro nivel récord al alcanzar los 52 mil 522.59 millones de dólares.
Ante esto, Padilla explicóque de realizarse la estrategia de deportaciones masivas, aún existen vacantes de trabajo que, otros migrantes llegarían a ocupar, pues de acuerdo con sus estimaciones, la tasa de empleo de Estados Unidos estaría en 2025, entre 4.3 por ciento y 4.5 por ciento, lo que permitiría mayor fortaleza del mercado laboral, y eso repercutirá en que “las remesas continúen con un desempeño bastante bueno”, tanto en la remesa promedio, como en el número de transacciones.
Por su parte, Ramsé Gutiérrez, vicepresidente senior y codirector de inversiones en Franklin Templeton México, coincidió en que para 2025 las remesas no tendrán mayores problemas, pues en los años anteriores, el flujo de remesas incrementó, especialmente en 2020 y 2021 cuando, a través de programas fiscales, el envío aumentó, tendencia que continuó durante 2022 y 2023, pero con menos fuerza en 2024” y para 2025, probablemente será un año con un ritmo de crecimiento menor, específicamente en el primer trimestre, y en los trimestres posteriores se verá el reflejo de las acciones que implemente el presidente Donald Trump.
Por otra parte, la deportación de personas migrantes ordenada por Donald Trump será “una sola vez” y no “consistente y perenne”, porque de hacerlo, la economía estadounidense podría verse afectada; además, el próximo mandatario tiende a medir el desempeño de la economía de Estados Unidos a través de indicadores financieros, y al observar daños, “no puede dejar descuidada la parte económica, que es muy relevante”, indicó.
“Los migrantes hacen trabajos que muchos de los estadounidenses no quieren hacer y pueden generarse choques a la economía si esto se mantiene en el mediano o largo plazo”; asimismo, recordó que la mayor cantidad de deportaciones que se hizo en alguna administración del país vecino, sucedió con Barack Obama y no en el primer mandato de Trump, agregó.
En ese sentido, el director general adjunto de Análisis Económico y Financiero de Banorte, reconoció que, de realizarse deportaciones masivas si tendrían un efecto en el ingreso de remesas a México, aunque “es un riesgo acotado”, porque actualmente en Estados Unidos hay una escasez de mano de obra en sectores como servicios, agricultura y construcción, donde los migrantes se emplean, “todavía hay una gran cantidad de vacantes abiertas, estamos hablando de casi 7 millones de vacantes”.
Además, las primeras órdenes ejecutivas que realizó Donald Trump en su primer mandato en 2017, estuvieron enfocadas en cumplir diversas promesas de campaña: la construcción del muro fronterizo, o la contratación de más agentes para la Patrulla Fronteriza; sin embargo, no fueron concluidas por temas de logística y costos.
“En términos de logística y de costos en la parte operativa va a ser muy complicado llevar a cabo esta deportación masiva, va a requerir también de mucha cooperación a nivel estatal y local en distintas partes en Estados Unidos para poder llevarlo a cabo y ya vimos que fue muy complicado durante su primera presidencia”.